Hoy me pasó algo que me hizo recordar un capítulo del libro
El Principito, de Saint-Exupéry .

Nos contó que :

" En sus viajes por los pequeños planetas de su galaxia El Principito se encontró con un geógrafo que anotaba, en su libro de registro, las montañas, ríos y estrellas.
El Principito quiso registrar su flor, ( aquella que había dejado en su planeta ), pero el geógrafo le dijo :

- No registramos flores, porque no se pueden tomar como referencia las cosas efímeras.

Y el geógrafo le explicó al principito que efímero es todo aquello que está amenazado de pronta desaparición.
Cuando El Principito escuchó esto, se entristeció mucho. "

Es frecuente que esto nos ocurra a todos.
Nos ponemos la careta de geógrafo con demasiada frecuencia y vamos por la vida decidiendo lo que no vale la pena ni intenar porque, total, no durará mucho...

¿ Para qué leer un poema que no recordaremos mañana ?
¿ Para qué reir una tarde con amigos si mañana volverá a ser día de oficina ?
¿ Par qué dar ese beso que deseamos si sólo será uno ?
¿ Para qué ... si ... ?

¿ No desaparecerá también la estrella o la montaña ?
Tardarán más tiempo en desaparecer,... pero desaparecerán.

¿ Por qué perdernos lo efímero
cuando lo deseamos tanto ?

Parece paradójico como, a veces, lo efímero se convierte en imperecedero




Y la vida, ... ¿ es efímera la vida ?
¿ Estamos amenazados de pronta desaparición ?
Y cómo podemos definir " pronta "; nos referimos con este término a unos segundos o a un siglo.
Todo depende con lo que lo comparemos...

¡ NO TE LA PIERDAS !