Me apetece mentirte.
Decirte que lo llevo muy bien, que si no notas que no me importa nada de nada...
Te podría decir que no me molesta que mi cuerpo vaya cambiando, arrugándose.
Que lo verdaderamente importante es que mi mente va viviendo cada momento diferente de mi vida y enriqueciendose.

Te diría que los años no me dejan "peso" porque yo me revitalizo con el sol de cada día y, sin embargo, sí me dejan huella, es decir me hacen más sabio.
Y que es esto lo que, de verdad, importa.

Podría añadir que no tengo constancia del paso de los años y que la edad biológica no se corresponde con la edad que me anuncia el calendario.
... Pero sería mentirte.