Como muchos de los paseantes por este blog ya sabéis, mi profesión me acerca a tener muchas vivencias con múltiples tipos de personas.
Cada una es un mundo diferente , a explorar...
Aún opinando igual sobre los mismos temas, teniendo las mismas miserias y grandezas unos que otros, viviendo las mismas experiencias, llevados por las mismas corrientes de opinión , ...,
todos somos a la vez que iguales y muy diferentes;
lo que nos une, nos separa.

Sin embargo, creo que hay un elemento a combatir que cada vez es más común entre todos.
Me refiero al perfeccionismo.
Estamos entrenados a ser perfectos con todo y frente a todos. No serlo nos hace sentir, aunque no sea real, como inútiles, como poco preparados.

Desde que nacemos se nos inculca que :
¡ Hay que hacerlo todo bien !

Esto nos genera una auto-exigencia desmedida, en el trabajo,
con la educación de nuestros hijos, con los amigos, con la pareja, ...
En algunas ocasiones, las más peligrosas, roza la obsesión.
Y, lo peor, nos convierte en eternos insatisfechos.
¿ No deberíamos ser admirados o amados ya por lo que somos ?
¿ O quizás debe de ser por lo que somos capaces de hacer ?

En mi opinión somos mucho más valorados por nuestros actos,
por la demostración de nuestras habilidades, por el juicio sobre nuestro conocimiento,
y a veces ni siquiera por esto, ... NO por lo que hacemos, por lo que decimos o por lo que somos,
sino por lo que parece ante los ojos de los demás
que hacemos, decimos o somos ...

Más bien por lo que se ESPERA de nosotros .
Vamos generando expectativas que son gestionadas y evaluadas
de forma continua por nuestros pequeños o grandes logros que vamos generando.

Y a lo peor, resultara que el mayor enemigo de nosotros, en muchas ocasiones
es uno mismo.

No nos perdonamos un error, un fallo, un área de mejora, no dar la talla, ...
Nos castigamos, a veces con indiferencia o despectivamente,
destrozando nuestra auto-estima.

El eterno descontento " para no quedar mal ".

CUIDA LO QUE TE DICES !!!