Me siento frente al Mediterraneo, en esta hora post-siesta, a leer sobre la
anhedonia
.

Se trata de la incapacidad para experimentar placer y no poder disfrutar de las emociones positivas.

Es la pérdida de interés o satisfacción en casi todas las actividades que desarrolla un individuo.

Se considera una falta de reactividad a los estímulos habitualmente placenteros.


En resumen, se trataría de vivir infelizmente de forma crónica. Y de enfrentarnos, con pesadumbre y tristeza, a todo lo que hacemos...

Un asco !


Parece ser, según los psicólogos expertos en el tema, que la cultura social en la que vivimos, generadora de expectativas inalcanzables, tiene una gran influencia en la anhedonia asociada a depresión exogena.

Pero son los factores biológios la causa principal de su aparición.


Ha sido demostrado, por el Instituto Douglas de Montreal, en estudios postmortem de algunos pacientes, que quienes la sufren, tienen el núcleo caudado, en la región subcortical del cerebro, mucho más pequeño de lo normal.


¿ Te imaginas lo que importa, en este caso, el tamaño ?


Y me pregunto: ¿ Cómo será el tamaño del núcleo caudado en las personas " flow " ?


Esas personas que saben encontrar un estado de máxima felicidad, involucrandose a tope con casi todo lo que hacen. Estas que convierten cada actividad, sea observar una flor o lanzarse en paracaidas, en algo muy especial, en un desafío personal, único y en un disfrute tan grande, que cuando están en ello, nada más parece importarles.

Viven lo que hacen.


No sé cómo será tu núcleo caudado,

...pero mucho mejor si eliges FLUIR con lo que estás haciendo en cada momento.


Para ello te propongo esta ecuación que te puede ayudar: Pon en el numerador un poco de desafío, de reto, sumale involucración y concentración con aquello que hagas y multiplica el resultado de la suma por disfrute. Eleva todo el numerador al cuadrado.

En el denominador pon todos tus miedos y restale el egoismo inecesario y la conformidad bloqueadora.


Ya sabes que , cuanto más pequeño sea el denominador mayor grado de fluidez y menos anhedonia.

Y si consigues llevar el denominador a cero, la felicidad,

según nos enseñan las matemáticas, será INFINITA