Un día regresaba a su casa un rabino,
venía de predicar de un pueblo vecino.
Era uno de esos predicadores que se creen sabios
porque saben hablar de la sabiduría de la vida.
Un iluminado...

Al pasar vio a un hombre que vendía un hermoso pájaro.
Se lo compró.
Y empezó a pensar que, al volver a su casa,
se lo comería con arroz.

De repente el pájaro le dijo:
" ¡ Ni lo pienses ! "
El rabino se asustó.
" Un pájaro que habla " , exclamó.
" Sí, soy un pájaro que habla ;
no soy un ave común y corriente,
yo también soy un rabino sabio en el mundo de los pájaros.


Te daré tres consejos de sabiduría si prometes liberarme " , dijo el precioso pájaro.
El rabino pensó para sí: " Este pájaro habla así que debe ser muy listo,
le concederé el perdón de la muerte y recibiré sus consejos ".

Muchas veces es así como actuamos los humanos porque pensamos que :

" ¡ Si alguien puede hablar sobre algo,
entonces es que debe saber ! "

Hablar es muy fácil, saber es más difícil.
Saber tiene mucho que ver con saber hacer.
Y no existe una relación directa entre ambas cosas.

¿ Por qué, con frecuencia, para nosotros alguien que habla bien sobre algo
es alguien que es sabio en esa materia ?
Tantos días veo esto entre colegas y amigos.

" Muy bien ! Dame los tres consejos y te liberaré " , dijo el sabio al pájaro.

Y elocuentemente comentó:

Primero : nunca creas ningún despropósito, lo diga quien lo diga.
Puede que sea un gran hombre, un ídolo para ti, famoso para todo el mundo,
con prestigio, poder o autoridad o con una extraordinaria retorica.
Si te dice algo absurdo no le creas.

Segundo: hagas lo que hagas nunca intentes lo imposible porque te convertirá
en un fracasado.
Sé consciente de tus límites.
Aprende a saber qué puedes hacer y qué no puedes hacer.
Por lo primero lucha hasta la extenuación.
De lo segundo aprende a separarte.
Alguien que conoce sus límites es sabio,
y quien va más allá de sus límites es un estúpido.

Tercero: Si haces algo bueno nunca te arrepientas; arrepiéntete sólo de lo malo.
Arrepentirse de lo que para ti es bueno te hará infeliz y te alejará de tu camino " .

El rabino pensó que eran muy buenos consejos,
mientras andaba de vuelta a su casa.
" ¡ Que buen material para un sermón ! ", pensó.
El domingo los usaré en mi homilía.

De repente se volvió a encontrar con el pájaro que
estaba posado sobre una rama de un árbol.

El ave dijo al rabino en esta nueva ocasión:

" eres un necio, no sabes que tengo un diamante en mi estómago,
... y me has dejado escapar ".

Al escucharle, el rabino se arrepintió de haber perdido esa fortuna.
" Si es que soy un estúpido" , dijo.
" No tenía que haber hecho caso a un pájaro ".

Tiró al suelo los libros que llevaba en la mano y empezó a perseguir al
pájaro que cada vez subía más arriba en el árbol.
El rabino trepó y trepó por el árbol detrás del ave.
Finalmente el pájaro llegó a lo más alto del árbol.
Justo en el momento que el rabino iba a echar mano del pájaro,
este echó a volar, el rabino perdió pie y se cayó desde del árbol.
Se fracturó ambas piernas y estaba todo dolorido.

El pájaro volvió a pararse en la rama baja y le dijo:

" Primero me creíste, ...te creíste que un pájaro puede
tener un diamante en su estómago.
Segundo intentaste lo imposible para ti: volar como un pájaro.
Y ahora te arrepientes de todo.
Incluso de la buena obra de liberar a un pájaro.

Así comprenderás mejor las tres reglas que te he enseñado.
Ve a tu casa escríbelas y prácticalas siempre
ANTES DE PREDICARLAS ".

Esta fábula refleja algo muy común entre los predicadores que uno
se va encontrando cada día en su camino.
Parecen saber de todo, ... sobretodo de eso que que nunca hacen ellos mismos.

Es mejor HACER que DECIR,
y mucho mejor SER que HACER y que DECIR .