¡ Reímos poco !
...con el bien que nos hace.
Nos reímos poco de nosotros mismos.

Y lo que es peor, con frecuencia nuestra risa no es auténtica.
Es sólo una pose para agradar a otros.
Y es que también nos reímos poco para nosotros mismos.

Una vez leí esta historia:

Érase un hombre que vivía agobiado, lo estaba pasando fatal,
y pensaba que estaba al borde de una depresión.
Decidió ir a visitar a un psicólogo.

Al psicólogo le contó que temía salir del trabajo,
es lo que más miedo le daba cada día.
Mientras trabajaba, todo iba bien,
pero cuando llegaba a su casa del trabajo, empezaba a ponerse nervioso.
Se angustiaba, sentía vértigo, se mareaba.

Él no sabía lo que le pasaba.
Tampoco sabía muy bien lo que quería hacer con su vida, qué camino tomar.
Cuando más se adentraba la noche, más pánico le entraba y más tensión sentía.
Por eso a menudo pasaba las noches enteras sin dormir.
Ya no podía más...

Curiosamente, al día siguiente, cuando llegaba al trabajo, y se metía en su tarea,
todos esos síntomas desaparecían.

El psicólogo escucho atentamente todo lo que el señor decía.
Y cuando había terminado le dijo:

¡ Usted se ríe poco !

Y añadió la siguiente sugerencia:

"en la ciudad hay un humorista muy famoso y buenísimo,
que todos los que han ido a verle han salido llorando de risa.
Yo recomiendo a mis pacientes que vayan a verle
antes de iniciar ninguna otra terapia con ellos.

Con este humorista olvidan sus problemas , las cuestiones intrascendentes.
La risa les aleja del miedo, de la angustia, de la depresión.
Así que vaya a verle. Ríase.
Disfrute con él y después iniciaremos un tratamiento si todavía lo cree necesario ".

Cuando el psicólogo terminó de hablar, el señor se quedó un buen rato callado.
Todavía más triste y cabizbajo.
Por fin levantó la cara, cubierta de lágrimas, y con mucho esfuerzo respondió:

" Ese humorista soy yo "

Como en la fábula, así de cruel somos con nosotros mismos muchas veces.
Tenemos recetas para los demás.
Somos sabios para otros y torpes para nosotros.
Desempeñamos un papel, que no sabemos representar para uno mismo.


¡ NO DEJES DE REÍR !