Nos matan las palabras.
Nos exceden. Superan.
Soy un convencido de que es mejor saber callar
que parlotear de todo, con todos, todo el tiempo.
Deberíamos aprender a valorar adecuadamente el silencio.
Tanto como lo hacemos con el valor
que asignamos al desparpajo al hablar,
a la gestología y al léxico bien utilizado.
El silencio también es un arte.

Lo decía ya Hemingway:
" Es tan difícil aprender a callar
que para aprender a hablar
sólo necesitamos tres años,
pero para aprender a callar
el resto de nuestra vida ".

¿ No es también el silencio
un componente esencial de nuestra elocuencia ?
...pues que empiecen a callar ya.