Hoy me acuerdo de la frase que utilizamos antes de hacer una foto:

¡ Sonríe , por favor !

Sentencia que deberíamos usar para muchas más cosas cotidianas en nuestro día a día.
O no es necesaria la sonrisa cuando hablamos a un niño, cuando miramos a los ojos del amor,
cuando disfrutamos de un café con una amigo, cuando atendemos a un cliente,
cuando pensamos en aquello que nos gusta, cuando leemos un buen argumento, ...

Y me acuerdo hoy con especial énfasis porque después de una semana en Orlando
recibiendo sonrisas por todos los lados ya las echo de menos.
Sonrisas de los empleados, ( perdón quise decir " elenco " ), de Disney,
y de todos los de la Universidad Central de Florida.
Sonrisas como las de Dan, Lee, Sean, Antonia, Daniella, Roy, Bob, Norberto, ...
Y a destacar sin ninguna duda la de Tiffany,
con tanto esmero, tan estudiada y tan real al unísono, motivadora.
Tan especial para arrancar y terminar el día.

¿ Y por qué no sonreír más ?
¿ Tan dura es la vida como para vivirla con cara de pato ?
¿ No es ésta una de nuestras principales elecciones ?

Para todos ellos les dejo aquí, en un ataque inmenso de agradecimiento
por su capacidad para sonreír un poema de Jorge Luis Borges,
llamado " El remordimiento ",
con el que quiero expresar cómo lo veo yo y como de fácil lo escribió él
cuando ya no le quedaba mucho tiempo para volver atrás,
cuando ya no podía elegir de nuevo porque estaba al borde de la muerte.

Dice así:

He cometido el peor de los pecados
que un hombre puede cometer.
No he sido feliz.
Que los glaciares del olvido
me arrastren y me pierdan despiadados.
Mis padres me engendraron para el juego
arriesgado y hermoso de la vida,
para la tierra, el agua, el aire, el fuego.
Los defraudé. No fui feliz.
Cumplida no fue su voluntad.
Mi mente se aplicó a las simétricas porfías
del arte, que entreteje naderías.
Me legaron valor. No fui valiente.
No me abandona, siempre está a mi lado,
la sombra de haber sido un desdichado.

Cuando se lee este poema de Borges, sobran más palabras.

¡ Sonríe, por favor !