¡El tiempo corre!
Corre a diferentes velocidades...
Me he levantado hoy y, sin casi haberme dado cuenta, pensé que toda
la semana de vacaciones se había esfumado. Estaba tocando su fin.
¿Por qué pasó tan rápido?

Quizás sólo sea porque todo lo que he hecho me gustó:
las miradas al lago, el balar de las ovejas, "le filet de perche", el centro de la ciudad,
la ratos compartidos con la familia, Yvoire, shopping, el chocolate, la "gruyería", ...

Es como si el tiempo tuviera diferentes velocidades.
"Tiempos" que vuelan a velocidad de vértigo y "tiempos" que corren a paso de tortuga.
¿De qué depende?
¿No estará en el enfoque que nosotros damos a las cosas que nos suceden?

Con frecuencia me pasa dando clases; a veces una sesión de sólo una hora se hace eterna,
mientras que en otras ocasiones, por el contrario,
una sesión de seis horas pasa como si nada.

Lo que peor llevo es cuando asoma su fauces la procrastinación,
término científico para llamar a la postergación.
Arte de dejar para mañana.

¿Te has levantado dispuesto a terminar ese informe que tienes en la mesa
pendiente desde hace días, pero decides que lo harás mañana?
O quizás, es hoy el primer día que no deberías dejar pasar y empezar de una vez
a hacer deporte como tanto deseas, ...pero no lo haces.
Piensas que a partir del próximo verano será más fácil.

Lo que entendemos como desagradable, poco apetitoso, pesado, solemos dejarlo para
mañana, o para un "mejor momento" y lo sustituimos por actividades más placenteras,
agradables a nuestros sentidos, quizás irrelevantes, pero donde el tiempo corre
a favor, la velocidad es más adecuada, soportable...

La postergación no es un buen hábito.
Tendríamos que educar a nuestros niños, en su proceso de maduración, a no postergar.
"Mañana" será otro día, será un periodo diferente.
Hacer, es pasar a la acción en el ahora.

El gran secreto está en entender que no es cierto que se pueda "estirar" el tiempo,
"sacar tiempo de donde no lo hay", "manejar el tiempo a mi favor", etc...
El tiempo tiene su medida.
24x7 . O prefieres 365. O 42.000.000 de minutos aproximadamente que tiene la vida
si vivimos 80 años.
Por ello la gran mentira del postergador es que cree, auto-engañándose,
que llegará otro momento óptimo en el que podrá llevar a cabo esa actividad que hoy
deja en su "archivo personal de pendientes".
¿Y llega?

Aplazar algo de forma consciente, ocupando un espacio en la agenda, sin postergar,
situándolo en su mejor momento, es una cosa, y la postergación, generalmente sin fin,
a veces patológica, es otra.

Detrás de los postergadores suele haber perfeccionismo.
Y no hay nada tan paralizante como aspirar a ser perfecto.
Generaciones de indecisos crónicos.

Después de muchos años de investigaciones sobre procrastinación,
el equipo del psicólogo Piers Steel, de la Universidad de Calgary,
resumieron este fenómeno en una ecuación matemática.
Que dice así:

U=ExV/IxD

Donde "U" es el deseo de terminar una tarea y dependerá de "E" que son sus expectativas
sobre la propia tarea, multiplicada por "V" porque es dependiente de la voluntad que le ponga
en la acción para acabarla, Todo esto dividido por "I" que es la fecha en que la tendrá
que entregar y multiplicado por "D", su sensibilidad personal apra acabar las cosas.

Está demostrado que postergar crea ansiedad y ocupa un espacio mental no liberado.
Es un sistema de auto-boicot.

Pero yo estaba hablando de mis vacaciones...
Mirando desde esta ventana el lago Leman
y dejando para mañana tantas otras cosas que hoy no pienso hacer.