A veces parecería que somos adictos al sufrimiento.
Es como si sólo enfocásemos nuestra mente en lo malo que esta por llegar...
Borges ya lo decía poco antes de su muerte:
" Me arrepiento de haber sufrido tanto por lo que nunca me ha sucedido".

¿Por qué elegimos con tanta frecuencia el sufrimiento como aliado?
Así nos hacemos víctimas de nosotros mismos.
Con frecuencia lo hacemos porque es más fácil ser víctima de las circunstancias
que protagonista de nuestra vida.
Es más fácil culpar fuera de nosotros que asumir el hecho de tener
que elegir responsablemente.

Esto llega, en ocasiones a situaciones extremas.
Hablo de esos días en que todo te va bien. Sintonizas con tu vida.
Pero basta estar tan feliz, para que empiecen a aparecer por tu mente
razones para sufrir, para empezar a preocuparte,
para sacarte del momento en el que todo marchaba bien.
Llegamos a decir frases como: ¡Todo marcha demasiado bien como para ser verdad!

Me recuerda una historia que leí en un libro hace unos días.
Hablaba de un program de Barrio Sésamo.
En él, Epi comienza a preguntarse dónde estará Blas, por qué se retrasa tanto;
y comienza a imaginar qué pudo haberle pasado.

Empieza a decirse a sí mismo que quizás encontró a Elmo,
comenzando a hablar acerca de Epi.
Y que estarán diciendo cosas terribles de él.
Epi continúa pensando todas estas cosas terribles que estarán diciendo.
Cosas como: "A ellos no les gusta pasar el tiempo conmigo porque yo no soy divertido,
ellos piensan que soy egoísta y tacaño, y que no soy muy buen amigo, ...".

Epi se enfada tanto de pensar lo que estarán hablando que al llegar Blas
a su casa le grita: "¿Cómo es posible que hayas dicho esas cosas tan terribles de mi a Elmo?
A lo que Blas responde: " Yo no he visto a Elmo; de qué estás hablando,
...Yo vengo de sufrir un gran atasco de tráfico".

¡Esto pasa!
Es nuestra imaginación la que nos acerca a pensar lo peor.
Y desde esa posición de adicción al sufrimiento, a ver el lado oscuro,
se nos hace difícil encontrar alternativas positivas.
Más bien todo lo contrario, aumentan nuestras hormonas más negativas en la sangre,
se incrementa el nivel de cortisol, se alteran las pulsaciones nerviosas, aparece el miedo,
la incertidumbre, ...

¡Libérate de esta adicción!
Te aleja del amor.