¡DAR ES RECIBIR!

El regalo es de quien lo da,
decía Walt Whitman.

Y lo mejor es que la ciencia ratifica estas expresiones del vocabulario cotidiano.
Muchos estudios ratifican que si somos generosos seremos más felices, más longevos y tendremos un corazón más fuerte.
Practicar la generosidad, ejercita el corazón.

El altruismo favorece la salud, reduce el estrés,
fomenta el bienestar.
El acto de dar es por si mismo una recompensa.



Susan Baggett y Thomas White imparten un curso, de un año de duración,
en Winston Salem, Carolina del Norte, sobre la importancia
de ayudar a los demás.
El curso se lleva a cabo en el Center for Purposeful Living.

Al curso le han denominado: Cambia el curso de tu atención.
Nombre que le viene como anillo al dedo porque está centrado
en aprender a abandonar la mentalidad del " yo, mi, mío "
por las necesidades de los otros.

El Dalai Lama utiliza otro término para denominar a esto mismo,
le llama egoísmo inteligente,
ya que es la mejor forma inteligente de ayudarte a ti mismo.

Hasta maestros reconocidos del mundo de los negocios,
como el famoso profesor y speaker Tom Peters
lo utiliza en sus conferencias.
Él lo asocia a los líderes con talento.
¡Estoy totalmente de acuerdo!
Me cuesta reconocer a un líder que no haya entendido
que su tarea principal es servir.

Tom lo dice de esta forma tan original:

Puedes conseguir más amigos en dos meses
estando interesado en los demás
que en dos años intentando buscar personas en tu equipo
que se interesen en ti.


"Dar es la fuerza más poderosa del planeta",
afirma el doctor Stephen G. Post, director del Centro de Humanidades Médicas,
Cuidado Compasivo y Bioética de la Universidad de Stony Rook en Nueva York.
Curioso este doctor; a creado y preside una ONG llamada
Instituto de Investigación sobre el Amor Ilimitado (IRUL),
ubicada en Ohio que está actualmente patrocinando más de 50 estudios
científicos en diferentes universidades americanas de las más reconocidas,
algunas como Harvard, Stanford, Yale, etc... sobre la importancia del amor
y la compasión en la vida y sus procesos biológicos.

Resumen de los resultados de algunos de estos estudios los puedes leer
en el libro publicado por este mismo médico y la periodista Jill Nimark,
al que han llamado Why Good Things Happen to Good People, es decir,
¿por qué a la gente buena le pasan cosas buenas?

Cuando ayudas a otros se te produce una sensación de dicha,
de energía que se expande, te aumenta el nivel de hormonas del bienestar,
como la serotonina, en sangre, por el contrario se te reducen los niveles de cortisol,
te sientes más alegre, el dolor físico disminuye porque se liberan endorfinas,
se refuerza tu sistema inmunitario, se reduce el distrés, proteges el corazón,
levantas la mirada hacia el cielo y sonríes.

La tradición sintoísta japonesa lo expresa de una forma poética, genial:

El corazón de la persona que tienes ante ti es un espejo