Las neuronas espejo son conocidas como las neuronas de la empatía
porque son las responsables de CONECTANOS CON LOS DEMÁS.

Aunque su estudio se inicio hace tan solo diez años,
desde mucho antes se sospechaba que el cerebro tenia algún mecanismo que nos permitía conocer lo que otros seres sentían.
Este conjunto neuronal, que mas tarde se llamó “neuronas espejo”,
fue descubierto por el equipo de Giacomo Rizzolatti
en 1.996 en una investigación con primates.

Según sus palabras en una entrevista del pais.es, Rizzolatti decía:

Las células cerebrales no sólo se encendían cuando el animal ejecutaba ciertos movimientos sino que,
simplemente con contemplar a otros hacerlo,también se activaban.
Se les llamó neuronas espejo o especulares.
En un principio se pensó que simplemente se trataba
de un sistema de imitación.
Sin embargo, los múltiples trabajos que se han hecho desde su descubrimiento, el último de los cuales se publicó en
Science la semana pasada, indican que las implicaciones trascienden, y mucho, el campo de la neurofisiología pura.
El sistema de espejo permite hacer propias las acciones,
sensaciones y emociones de los demás.
Su potencial trascendencia para la ciencia es tanta que el especialista Vilayanur Ramachandran ha llegado a afirmar:

"El descubrimiento de las neuronas espejo
hará por la psicología lo que el ADN por la biología".


Las neuronas espejo son las responsables de que se nos abra la boca cuando
vemos a otra persona cerca que también lo hace, o que nos riamos
sin saber por qué al ver a un compañero que ríe,
o que nos miremos de una forma especial
cuando nos enamoramos, ...

El equipo de Rizzolatti observó que cuando un mono hace algo,
como coger un plátano, se le activaba la misma zona del cerebro
que cuando veía a otro hacerlo, ya fuera un humano u otro mono.
Lo comprobaron en las personas y vieron que nos ocurre lo mismo.
Como dice Rizzolatti:
“las neuronas espejo nos ayudan a entender la mente de los demás,
no sólo pensando, sino también sintiendo”.

Años atrás Bandura ya lo había demostrado
empíricamente con otros experimentos.
En los años sesenta hizo un experimento
que resultó revelador para la época.
A un grupo de niños les puso un vídeo de una persona
que golpeaba a un muñeco.
Cuando acabó el vídeo, y sin decirles nada, los niños tomaron muñecos
que había en la sala y comenzaron a golpearlos tal
y como habían estado viendo.

Ahora un grupo de investigadores holandeses ha revelado en humanos
que un tipo de neuronas espejo aumentan vivamente su actividad cuando se escuchan ciertos sonidos.
De este modo si alguien oye un ruido de otro comiéndose por ejemplo una fruta, entonces estas neuronas dentro del cerebro se activan como si realmente esta persona que escucha se la estuviera comiendo de verdad.

Es decir, somos imitadores incluso

de lo que no hacemos, no sabemos o no somos.

Y esto pasa con todo...
Cuando algo se oye mucho por fuera de nosotros nos da por imitarlo:
Una canción, una marca de ropa, el color de moda,
las gafas de sol que se llevan este verano, jugar al padel, pasarnos a Mac,
o hablar de neurología y cerebro aunque hayamos estudiado leyes, ...

Es ley de vida, como nos demostraron los monos de Rizzolatti.