" El que no ama la vida no se la merece"
Leonardo Da Vinci

Llegan momentos de descanso, de relax, de escapadas...
Oímos con frecuencia que las vacaciones y el verano son para cargar la pilas.
Yo no estoy muy de acuerdo con esta afirmación.
Más bien, prefiero pensar que son para descargar las pilas,
para quitar la batería, para abandonarse y dejarse llevar con lo que más te gusta,
para salir de la rutina rutinaria, para no hacer porque es otra forma de hacer.
Es un momento genial para parar-SE.
A veces, parar un poco, es poder ir más deprisa después.
Parar para perder conscientemente el tiempo, porque no es verdad del todo:
el tiempo nunca se puede perder.
Es otra forma de sacarle el mejor de los partidos...

Según los expertos en neurociencias, la felicidad es un macanismo bioquímico
que se activa en nuestro cerebro por la acción de unos neurotransmisores,
llamados del bienestar.
Tales como la dopamina, las betaendorfinas, las encefalinas, la serotonina.

Hormonas que responden con efectos gratificantes,
que eliminan dolor como si de analgésicos internos se tratase, que son tranquilizadoras,
que mejoran la respiración, que no están cuando el miedo está presente,
que protegen de infecciones potenciando nuestro sistema inmunológico,
que bajan la presión sanguínea, que reducen la fatiga y el colesterol en sangre,
que distensionan los músculos.
Y un largo etcétera...

Como ya hemos comentado en otros post de este blog, la FELICIDAD,
y se hermana la mayor, la ALEGRÍA, tienen mucho que ver con la capacidad
de estar satisfechos con nuestra realidad, es decir, con la vida que nos toca vivir.

Por ello, este verano, me he permitido escribir 10 puntos que no quiero, cada día,
dejar de hacer. Para no olvidar.
Diez ideas fuerza que me ayuden a encontrarme mejor,
a apagar las pilas de lo cotidiano.
Diez ideas que dejo aquí por si te apetece practicar alguna de ellas:

1) ¡ Conocerme más !

Con cada cosa que haga. Escucharme. Dedicarme tiempo. Ser un egoísta sano. Quererme.
Cuidarme con todo: comida, sol, deporte, amor, ...
Mantener una estima adecuada, practicar al auto-amor, la confianza.
Aceptarme sin ninguna condición.
Este puede ser uno de los mejores regalos que haga a uno de mis mejores amigos: yo mismo.

2) Practicar el realismo positivo

Aceptar que la vida es imperfecta. Que está llena de altibajos.
Que llegarán momentos mejores y otros no deseados. Saber vivir con ello.
No dramatizar emocionalmente ninguno de los momentos, ni los de júbilo, ni las sombras.
Entender que desde el realismo se puede practicar una alegría contagiosa
a todos los que nos rodean.
Saber que llegarán momentos malos no implica no esperar siempre lo mejor
y ver lo mejor de todo lo que me llegue. Enfocarme en lo que deseo, olvidando lo no deseado.

3) Vivir el instante

Solamente vive el que vive hoy, decía J. Du Bellay.
Huir del estrés anticipatorio, provocador de miedos, insatisfacciones irreales, de pánico.
Olvidar aquello que podría ocurrir pero no ocurrirá.
Salir del futuro inútil.
Y del condicional paralizante.
Aprovechas desde el instante cotidiano el rayo de sol, la balada que suena en el iPod,
o el roce de la toalla sobre la piel.
Sentirla. Compartir con los demás esas sensaciones.
La vida es nueva cada día, nos decía Marañón. Cada día o cada instante, me pregunto yo...
No desaprovechar las sensaciones instantáneas, son como fotos que no se repiten.
Gustar. Tocar. Ver. Oler. Oír. Y gustar mucho más, y más y más...
Está en nuestras manos hacer cada instante satisfactorio.
¡ Único !

4) Hacerlo posible

Dejar de pensar por qué y pasar al para qué.
Y al por qué no.
La vida es maravillosa así que pensemos en el cómo hacerlo posible.
Escribirlo. Y volverlo a soñar.
Soñar para traer el futuro al presente es el primer paso para hacerlo posible.
Desear y visualizar es empezar a vivirlo.
Que mejor momento que en esta época veraniega para idear, para renovar-SE,
para la re-invención, para la gestión, desde el presente parado en el tiempo,
del futuro esperado.
Soñar con los ojos bien abiertos. Y compartir los sueños.

5) Soltar lastre

¿Qué me sobra de este tiempo pasado?
¿Qué me carga de malestar?
Es tiempo de soltar amarras. De huir y dejar atrás lo que nos sobra.
De cortar con lo tóxico que nos paró...
De no darle más cuartel.
¿Qué miedos, celos, envidias, decepciones, odios nos tienen retenidos?
Es hora de abandonarlos. De dejarles morir en paz. De cortar la cuerda.
Así podremos tender la mano a nuevas aventuras, si estamos libres de pesos innecesarios,
desahogados de malos aires, desanclados del lodo.

6) Simplificar

Lo más importante es simple, sencillo. No necesita explicaciones.
Se ve. Se siente.
Vivir la vida bien es simplificarla.
Prescindir de lo inútil para hacer de lo válido lo más grandioso.
Centrar en ello la atención, la energía, el disfrute, las experiencias.
No se trata de deslumbrar, sino de iluminar.
De dar luz sin exceso, como lo hacen el sol y la luna.

7) Estar hacia afuera

Ser extrovertido es no limitarte. Dejar el ombligo para vivir en paz.
Huir del auto-YO.
Desplazarte hacia lo que está por ser descubierto. Investigar. Explorar.
...Y ser descubierto por te has dado, entregado sin condiciones.
Sin hermetismos.
Practicar la comunicación fluida.
Vivir la escucha empática, interesada desde la verdad.
Manifestar nuestras emociones sin pedir nada a cambio por ello.
Aprovechar el talento para construir hacia afuera la vida que deseamos.
Tender una mano de forma generosa. Entregarnos.
Hacer el bien. Por el simple hecho de hacerlo. Ocuparnos de los que nos necesitan.
Liberar oxitocina, la hormona de la "vinculación afectiva".

8) Amar

Quiero dar y sentir amor.
Practicar amor.
Sacarle a pasear. Ponerle a flor de piel.
Tenerle presente de día y noche.
Olerle, por estar tan cerca. Ser su sombra.
El amor no es sólo un sentimiento, es también un arte, decía Balzac.
Hacer nuevos amigos. Reforzar la relación con los de siempre.
Llamarles. No dejarlo para mañana.
Sentirles cerca aunque estén lejos. Vivir-LES.
Compartir un vaso de vino y una escucha amble, interesada.
Abrazar, como si todo el tiempo fuese sólo para ello.

9) Reír

Como una manera de cultivar el buen humor.
De practicar la resiliencia en estado puro.
No quiero días sin amor ni sin risa. Esos días no estaríamos vivos. Sólo restarían.
La risa nos conecta con la alegría.
Hay muchas razones, incluso fisiológicas y de salud , que justificarían el reír como algo
cotidiano, pero sobra una para no olvidarlo: Te hace más feliz.
La risa te repone del desgaste cotidiano, de las situaciones dramáticas.
La risa no está cuando está la crítica absurda.
La risa forma parte del entusiasmo, generador de pasión.
Quiero vivir el verano lleno de pasión.

10) Creer+Hacer

Poder hacer todo esto que me propongo es la verdadera y gran aventura de esta época
que comienza en estas horas.
Sólo si lo llevamos a la acción será una realidad.
No nos debe sobrar con pensarlo. Se trata de hacerlo.
De ponerlo en marcha. De activarlo.
Para ello, quitaremos las pilas y empezaremos a hacerlo.
Creer+hacer para SER.
Este es el secreto.


Yo sólo he pretendido compartir 10 ideas contigo.
Seguro que tú puedes añadir muchas más...
Hazlo !!!
Y regálate lo mejor que desees para ti en este período de descanso merecido.

¡ FELIZ VERANO AMIG@S !