Un rey pidió a todos sus sabios del
reino que le fabricaran un anillo
que siempre le ayudase a sentir
paz y serenidad, tanto en los
momentos de gran euforia,
como en los momentos de gran
tristeza, desesperanza y depresión.

El rey sabía que ambos estados de
ánimo son contraproducentes
porque se presentan en exceso.

Sólo un sabio lo logró
al grabar en el anillo una inscripción
que decía: << PASARÁ >>