
Un estudio llevado a cabo en la Universidad de Harvard, demuestra que las personas
satisfechas emocionalmente tienen seis veces menos probabilidad de morir de un
infarto de miocardio que las personas que experimentan ansiedad crónica.
El estudio está publicado en Circulation, vol. 89.
Más estudios científicos parece que tienden a demostrar lo mismo.
Otro estudio publicado por la Clínica Mayo en Proceding, vol. 28,
venía a decir que en las personas con enfermedades cardiacas diagnosticadas y tratadas,
es el estrés emocional el indicador más importante usado como predictor
de posteriores recidivas.
British Journal of Medical Psychology publicó un estudio en que demostraba que
el estrés crónico está más relacionado con las enfermedades cardiacas y con el cáncer
que el tabaquismo.
¿Es esto increible?
De hecho, más de la mitad de los problemas cardiovasculares no están sólo
relacionados con los considerados factores de riesgo habitual:
tabaquismo, colesterol elevado y sedentarismo.
La ansiedad y el estrés son factores que están presente
en más de la mitad de este tipo de enfermos.
Varias publicaciones sobre el tema se pueden leer en la revista
Integration of Physiology and Behavioral Science.
Ahora bien, el estudio considerado definitivo fue el llamado THE NUN STUDY,
llevado a cabo en el año 2001 por el neurólogo David Snowdon,
en la Universidad de Kentucky con un grupo de 678 monjas.
Todas ellas habían nacido antes del año 1917 y pertenecían a la Congregación de Notre Dame.
Estas monjas habían donado generosamente sus cerebros post-mortem
al National Institute of Health para un estudio sobre demencias.
La muestra científica era muy interesante por dos motivos: por tener significancia estadística
y por el tipo de donante, ya que todas ellas habían vivido en un entorno similar durante
más de 50 años y habían estado sometidas a los mismos factores estresantes,
expuestas a los mismos riesgos externos.
A todas ellas se les había pedido, cuando entraron como novicias en la orden, 50 años atrás,
que escribieran un documento, que entregarían a la madre superiora, donde recogerían
las razones personales por las que habían decidido entrar en la orden religiosa.
Un equipo de lingüistas examinaron todos esos escritos, analizando los contenidos verbales,
y la intensidad de las expresiones emocionales usadas en el escrito.
El estudio post-mortem que publicó el doctor Snowdon demostró que las monjas
que habían expresado por escrito muchas más emociones positivas,
cuando eran recién llegadas y jóvenes, se asociaba con datos de supervivencia de
6,9 años más de vida
que aquellas otras que habían utilizado expresiones neutras
para expresar su decisión de pertenecer a la orden religiosa.
Este estudio ha demostrado
una relación directa entre las vivencias sentidas
bajo emociones positivas y la salud.
El mensaje:
NO INFRAVALORES LA IMPORTANCIA
DE PENSAR Y VIVIR EN
POSITIVO
Desde Harvard con amor
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