Hoy al despertarme vi una escena de la película "La novia cadáver",
de Tim Barton, que estaban pasando por uno de los canales de tv.
Y oí como uno de los personajes decía a otro:

" ¿Se puede romper un corazón que ha dejado de latir? "

Me he quedado enganchado a esta pregunta durante todo el día.
Quizás porque es una cuestión con varias aristas:
la más obvia tendría que ver con el hecho de que al ya no amar no puede ser roto.

Por otra parte, hay corazones que dejan de latir pero sólo momentáneamente;
como si de una parada cardiaca se tratara y que pueden volver a recuperarse
con el uso de desfibriladores emocionales.

También me dio por pensar que podría referirse a por qué esperar a que se rompa.
Y si la pregunta lo que pretendía es hacernos ver que debemos aprovechar mejor
los momentos en los que el corazón late con mucha intensidad.
Y no esperar a que se rompa para darnos cuenta de lo que podemos perder.
No llegaba a saber cuál de estas pequeñas reflexiones me estaba interesando más,
hasta que entendí que era esta última...

Me di cuenta porque me entraron unas ganas locas de besar.

¡A todo el mundo!

Quería dar besos y más besos, besos amistosos, eróticos, sentimentales, tiernos,
múltiples, únicos, dulces, cariñosos, llenos de amor, vacíos de miedos, ...

Los besos son los protagonistas más necesarios en las relaciones humanas.
Son vehículo de comunicación.
Provocan en nuestro organismo una tormenta química,
haciendo que el corazón siga latiendo.

El beso es caricia. Y no pueden faltar porque sin caricia no hay amor.

No tengo ningún dato para demostrarlo, no sé si se habrán hechos estudios
sobre el tema, pero estoy seguro que los niños que han recibido abrazos y besos
de sus padres cuando eran pequeños serán más felices y más amorosos
durante toda su vida.

Helen Fisher, antropólogo y profesora de la Universidad de Rutgers,
nos dice que desde un punto de vista evolutivo los besos son de origen femenino.
No me extraña que sea así. Son una forma de expresar muy inteligente.
Fisher añade que los besos podrían tener su origen en un mecanismo de
evaluación biológica del compañero. Parece que así ocurre en otras especies animales.

No me importa el exibicionismo que hay detrás de algunos besos.
¿Por qué no besarnos delante de otros? ¿Es cultural? ¿Es timidez? ¿Vergüenza?
Puede que haya un poco de todo esto...

Alain Montadon, filósofo, aseguraba que un beso nos hace mover al menos
17 músculos en la boca más 30 músculos faciales,
gasta nueve miligramos de agua, 0,18 de sustancias orgánicas, 0,7 de materia grasa,
0,45 de sodio, elimina miles de bacterias, genera más dopamina en el cerebro,
y endorfinas, libera oxitocina llamada hormona del amor y testosterona.
disminuye la tensión arterial, provoca relajación generalizada,...
Muchas razones como para no querer besar.

Ya ves, besar es terapéutico, ...y placentero.

Wendy Hill, neurocientifico y profesora de la Universidad de Lafayette
ha demostrado que es un excelente remedio antiestrés y que nos
aumentan la calidad de vida.

No me pienso quedar sin dar todos esos besos esenciales que necesito:
los adquiridos, los buscados, los robados, los deseados,
los que me pertenecen y los que no, lo que serán únicos, los de una sola vez,
los rutinarios, los que quieras compartir, los que pertenecen a un adiosy los de la bienvenida, ...

TODOS ANTES DE QUE
EL CORAZÓN
DEJE DE LATIR