Siempre lo he creído así:
quien se atreve a enseñar nunca puede dejar de aprender.
¿No lo crees?

Hoy caía en mis manos un fantástico artículo sobre un nuevo modelo formativo
que se está llevando a cabo en una modesta escuela alemana:
Munderkinger
Es una escuela situada en Allägau, cerca de Ulm,
que ha sido la que ha conseguido la la primera posición en el informe PISA.

Pero lo mejor, cuando los expertos en pedagogía han estudiado los contenidos
de este colegio han comprobado que apenas hay diferencias con los de
cualquier otro colegio de la zona o del resto de Alemania.

En ese caso,
¿Qué tiene de especial esta escuela que prepara a unos 500 niños al año?

Su director, el señor Ludwing Walter dice:
" tratamos a los niños con respeto y se sienten a gusto"
Que pedagogía más sencilla. ¿No?

Sentirse a gusto,
expresión que ha estudiado con mucho más detalle el pedagogo
Johann Heinreich cuando transforma la frase de su colega Walter en:

"todo aprendizaje es baldío si no hay placer y satisfacción,
es decir si los niños no se divierten aprendiendo".

Para ello han integrado dos modelos de formación muy antiguos:
el primero actuar cono si un maestro no tuviera alumnos sino discípulos,
y el segundo enseñar jugando.

A este modelo tan antiguo como válido han añadido
el uso de las nuevas tecnologías, desde que empiezan en la etapa más infantil
están rodeados de ordenadores e internet.
También la formación continua para sus profesores
y la implicación real de los padres que se sientes co-rresponsables
de crear un buen ambiente de la escuela.

Por cierto, es una escuela que desde su exterior aparentaría antigua,
por su propio edificio, pero que se caracteriza, entre otras cosas,
porque no existe ni una sola cerradura.
La confianza es uno de los valores que allí se enseña.

Y lo mejor, la educación la basan en hacer comprender a sus alumnos
que sólo es una cuestión de trabajo y esfuerzo.

¿No sabíamos ya todo esto?
¿Y a qué esperan nuestras escuelas?

CAMBIO BOLONIA POR MUNDERKINGER