Os presento a Ambam,
un gorila macho de 21 años de edad, que vive en un zoológico de Inglaterra,
en Kent, desde hace 14 años.
Es el único gorila conocido que puede permanecer erguido y caminar así
como si de una persona se tratase.

Los gorilas que nacen y viven en estado salvaje o en cualquier zoo,
caminan encorvados y andan apoyándose sobre los nudillos de sus manos delanteras.
Se yerguen sólo excepcionalmente para aullar y para demostrar fuerza.

Ambam es diferente.
Nació y vivió con humanos los primeros años de su vida.
Una enfermedad lo apartó de su madre Shumba y fue a vivir con
una familia de humanos.
Aprendió a andar como ellos,
a mantener su cuerpo recto, a responder con gestos mirando a los ojos,
a relajar los músculos de los brazos, a enjuagarse la boca después de comer, ...



Se ha convertido en una celebridad por todo ello.
Pero lo mejor, según criterio de la estudiosa de grandes simios
Johanna Watson, quien está trabajando con Ambam desde hace años,
es que todo esto es sólo debido a que sus papás humanos
le enseñaron desde pequeño así.
Como a nosotros con nuestros hijos, a sus papás les hacía gracia cuando Ambam
se caía al andar con pañales, le aplaudían cuando se mantenía erguido,
le llevaban de la mano para que aprendiese,
y le daban ejemplo con movimientos que Ambam podía imitar.

¿Están los grandes simios preparados para andar como los humanos?

¿Será que
no lo hacen
por que no saben
que no saben
hacerlo?

Y esto mismo,
¿no nos pasa igualmente con tantas otras cosas a las personas?
No es verdad que en muchas ocasiones dejamos de hacer algo
porque no sabemos que sabemos hacerlo.
Para qué intentarlo si ya empezamos desde la posición

no sé, ...no puedo

¿Es lo de Ambam excepcional?
¿O lo que le ocurre al resto de gorilas es porque no tienen acceso a aprenderlo
desde pequeños, porque no se plantean otra forma de aprender a andar?

¿Sientes que en algunas ocasiones también te pasa a ti?
Qué pasa, sin embargo, cuándo pensamos desde el

¡ si quiero-puedo !