En su libro El buscador de defectos,
Henry David Thoreau manifestó:

" Encontraré defectos incluso en el paraíso "

Los perfeccionistas centran su mirada en el defecto creando duda y negatividad
sobre lo observado lo que genera ansiedad en la mente.
Incluso aunque tengan muchos logros, suelen centrarse en las imperfecciones
porque tienen la mente inflexible, crítica, centrada en el todo o nada.

Al buscar fracasos, inevitablemente los encuentran.
Y lo que es peor, los perfeccionistas no aprenden de sus errores;
los transforman en lamentos.
Los optimalistas, aún sintiéndose defraudados por el error o fracaso,
intentarán aprender de ellos.

El perfeccionista es negativo.
No sabe entender con claridad la realidad porque mira todo el tiempo buscando
lo peor que está por llegar.
El optimalista busca el beneficio en cada hecho desde el entendimiento de la realidad. La acepta, lo que le motiva nuevas búsquedas, otras formas de hacer,
vive el cambio y se auto-anima por el esfuerzo adicional.

Para el optimalista los caminos no son regulares, tienen aristas, a veces rectos
y otras veces ondulan. Ven el fracaso como un contratiempo con el que mejorar.
Para los perfeccionistas el camino siempre debe ser recto. Son rígidos.

El perfeccionista sufre de crisis de ansiedad con frecuencia.
La mentalidad del todo o nada, huyente de cualquier desviación vital posible,
no se entiende bien con el cambio ni la incertidumbre; lo cual provoca al cerebro un
estado engañado en permanente defensa y generador de desórdenes ansiosos.

Reflexionando sobre todo esto me quedo con el

OPTIMALISMO

Ya ves, prefiero
TEMERME LO MEJOR