Pensamos,
y al pensar sentimos,
y al sentir actuamos.

Es una secuencia circular,
cerrada, interdependiente, holística.

Por lo que cualquier tipo de
actuación sobre una de sus partes recibe un efecto sobre la totalidad.



Por lo que si algo queremos que se vea afectado, si necesitamos cambiar cualquier
hábito o comportamiento podemos hacerlo desde el pensamiento, desde el sentir
o desde la acción.

Cuando cambiamos el "pensar" sobre cualquier evento en nuestra vida
empezamos a percibirlo de otra forma, se modifica la observación
y desde ahí es más fácil sentir diferente y actuar en otra dirección.
No es lo mismo cuando me enfrento a un trabajo si pienso,
" será divertido y voy a aprender mucho de esto ", que si lo califico de entrada como
" vaya rollo me ha tocado ".

Pero también desde la acción se puede cambiar el pensamiento y lo que sentimos.
Por ejemplo si ahora nos tomamos un helado refrescante nos encontraremos mejor
y podremos sentir un bienestar que nos hará pensar lo bonito que son las tardes
de domingo en verano. Percibiremos el olor, el sabor, la textura del helado
y nuestro cerebro sentirá una explosión de placer.

Tanto el pensamiento como la acción, (=Think&Action),
son dos recursos que están en nuestra mano para hacernos sentir mejor.
Para ayudarnos a cambiar.
A modificar nuestros hábitos.
A sentirnos mejor.

Esto nos obliga a pensar que tendríamos que ser más responsables de la

elección
de nuestros pensamientos
y de nuestros actos

a través de poner mucha más atención, consciencia plena,
en lo que vamos viviendo, en todo aquello que nos va sucediendo.

Recordar siempre que

no somos responsables de la cara que
tenemos
pero sí de la cara que
ponemos