Me encuentro a menudo en diferentes foros hablando sobre
responsabilidad.

Múltiples definiciones, puntos de vista, asociaciones a otros valores, ...

En mi opinión, se debería entender como la capacidad humana que nos
hace prever, conocer, hacer y aceptar las consecuencias de nuestras decisiones.
Ser responsable es ser consciente de lo que aceptamos y asumir las consecuencias
de nuestras decisiones.

Pero la responsabilidad, en mi opinión, es un valor que va más allá.

Ser responsable es ser libre

Ya que la responsabilidad es la actitud que dirige nuestros actos conscientes.
Y si son conscientes, al menos teóricamente, es porque podemos elegirlos.
Esto nos hace libres.

Pero esta moneda tiene también la otra cara:
nos obliga a dejar de ser cómplices
de nuestros propios estados de victimismo consciente.
Es decir, el culpar a otros de nuestras propias circunstancias.

La responsabilidad está cerca de la voluntad.
Vive alojada en ella.
Voluntad es determinación. Y determinar es elegir. Moverte en el camino de algo.
También la voluntad es la capacidad para decidir,
para elegir entre diferentes alternativas.

Como su hermana la responsabilidad, la voluntad es
una capacidad que nace del consciente;
a diferencia del instinto, del acto reflejo, de la actuación no consciente, del hábito, ...
que provienen de nuestro lado más animal.

Tener voluntad y actuar con responsabilidad es ser el artífice de tu vida.
Llevar el timón. Dirigirla.

Ambas capacidades se acentúan con el entusiasmo;
energía que las enciende,
que aviva el deseo, que resta fuerza al esfuerzo.
Con entusiasmo somos más voluntariosos. Asumimos más responsabilidades.

La voluntad es la medicina para el desánimo.
Si tienes voluntad, no te paras. Buscas el objetivo. Creas alternativas. Llegas a la meta.

Un término cercano a la voluntad es la capacidad para insistir.
Perseguir. Luchar. Repetir. Perseverar.
Es necesario para vencer. A pesar de fallar, insistir te ayuda a llegar.

La voluntad te pone en acción.
Acción que tiene su sentido si la asumes con responsabilidad.
Te ayuda a no ser débil.

Voluntad y responsabilidad
nos abren nuestros sentidos, nos hacen ser más conscientes de lo que deseamos,
nos mueven desde dentro, nos hacen ser más creativos, nos llegan más ideas,
más posibilidades, más alternativas donde elegir, para actuar.

Ambas capacidades generan la habilidad de las personas
para hacernos cargo de nuestras acciones.
No están asociadas a culpabilidad.

Estas dos capacidades distinguen a dos tipos de personas:

las que hacen
que las cosas pasen
y las que esperan que pasen

Conócete más y decide a cual de los dos tipos de personas quieres pertenecer.