Un reconocido matemático viajaba en un avión
camino de una ciudad en la que tenía que impartir una clase magistral.
Mientras viajaba estaba concentrado, resolviendo un problema de álgebra.

En ese momento se oyó la voz del comandante del avión que decía:
"Señores pasajeros, lo siento pero vamos a tener un pequeño retraso en el vuelo,
se nos ha roto el motor primero y vamos a tener que viajar sólo con los otros tres".

Unos diez minutos después el comandante daba otro aviso:
"Lamento tener que decirles que el retraso será mayor
porque los motores número dos y tres también se han parado
y vamos a tener que viajar sólo con el motor número cuatro".

En ese momento el matemático se volvió a su compañero de asiento y le espetó:
Válgame dios! si se para el motor que nos queda
vamos a tener que pasar todo la noche aquí arriba".


Es lo que tiene el pensamiento lineal, que te puede llevar a grandes errores,
a pensamientos absurdos.
En el cuento anterior esto es muy obvio, pero en el día a día vamos teniendo infinitos pensamientos que al etiquetarlos como racionales nos impiden la oportunidad de descubrir otras posibles realidades, soluciones, puntos de vista sobre las cosas que vivimos y que nos pasan en cada momento.

El pensamiento se centra en analizar situaciones, intentando entenderlas,
enjuiciarlas, y desde ahí encontrar soluciones o tomar decisiones.
Es el PENSAMIENTO LINEAL
Enjuicia, valora, decide y aplica toda la razón para justificar la decisión.

Pero a menudo necesitamos afrontar situaciones nuevas, retos a los que no
estamos acostumbrados, o para los que las viejas soluciones ya no nos son
válidas y no sabemos; nos quedamos atascados, parados por la propia situación,
dando vueltas a las ideas sin encontrar salidas.

En esos casos tenemos la oportunidad consciente
de aplicar otro tipo de pensamiento,
EL PENSAMIENTO CREATIVO.
Un tipo de pensamiento que se aleja de la lógica adquirida desde la experiencia pasada, desde los conocimientos creadores de pre-juicios,
del que nace de las bases del conocimiento único, lineal.



El pensamiento creativo, también llamado Pensamiento Lateral,
nombre con el que el psicólogo maltés Edward de Bono lo acuñó,
nos permite diverger, ir por caminos no frecuentados, aplazar el juicio,
no pensar en una sola dirección, encontrar ideas que jamás antes habíamos tenido,
ver desde otro lado; desde el lado en el que se sitúa
la burbuja lógica de la creatividad.

Por poner unos ejemplos:

Algunos meses tienen 31 días, otros sólo 30 días.
¿Cuántos meses tienen 28 días?

A Pepe se le calló el anillo dentro de una taza de café,
pero lo mejor es que no se le mojó.
¿Qué pasó?

Bajo los axiomas del pensamiento lineal, que se fundamenta en nuestra experiencia,
sería muy sensato pensar que meses de 28 días hay sólo uno: el mes de Febrero.
Pero lee de nuevo la pregunta, porque la respuesta válida si piensas
un poco más verás que es: "todos".
Todos los meses tienen 28 días. Aunque también tengan 29, 30 y 31. O 12 y 20.

Claro que a Pepe no se le mojó el anillo porque la taza estaba llena de café,
pero café en grano. ¿Lo habías deducido así?

El pensamiento creativo es sobretodo más necesario cuando nos falta una parte de
la información para dar la solución a algo. Cuando alguna de las partes
no se puede ver, cuando carecemos de algún dato total o parcial.
Y cuando viejas soluciones no nos ayudan a resolver la situación a la que
nos estamos enfrentando.

Como ejemplo:

Un hombre entra en un bar y le pide al camarero un vaso de agua.
El camarero se arrodilla buscando algo,
saca un arma y le apunta al hombre que pidió el agua.
El hombre dice gracias y se va.
¿Qué pasó?

Esto son sólo ejemplos, -sí ya sé que un poco tontos-,
pero los estoy usando aquí sólo para mantener una tesis necesaria en nuestros días:
la importancia de la
atención consciente
y del pensamiento creativo

especialmente cuando queremos analizar o resolver una situación o problema
desde un punto de vista diferente al que nuestra experiencia, lógica y juicios nos indicarían. Desde otro lado. Con nuevas ideas.
Y llegados a este punto se me ocurre preguntar:

¿no será de este tipo de pensamiento creativo
el que más está faltando a nuestros dirigentes
en estos días de crisis
para encontrar nuevas salidas?

Parecería que estamos haciendo las cosas
como siempre las hicimos.

Si nos centramos en viejas soluciones para viejos problemas
no conseguiremos nada
porque de haber sido validas en el pasado no serían problemas.

Una última cosa para no olvidar:
si queremos alentar al pensamiento creativo necesitaremos:

HUIR DE LA COMPLACENCIA
RECHAZAR EL DOGMA
ALEJAR EL MIEDO

Nota:
Por cierto, el camarero sólo quiso asustar al hombre que pidió agua
porque tenía mucho hipo. Con la pistola lo consiguió.
Y el señor, muy educado, le dio las gracias antes de irse.
Ya no necesitaba agua.