La vida cabe en un dibujo
Antonio Mingote

De vez en cuando hay que parar y recordar una lógica simple:
si no vives la vida plenamente
ya estás experimentando la muerte.
No la muerte biológica, esta nunca la experimentarás;
al menos no bajo las formas como conoces la vida.
La muerte es una ficción, la imaginamos en vida, la tememos en vida,
la esperamos en vida, ... pero no es real para el que la recibe; le llega pero no la vive.
No la puede vivir porque está muerto.
Sólo sigue siendo real para los que siguen vivos.

La llamada muerte en vida es mucho peor.
Es producto de no decidir, del "dejarse llevar", de no actuar para cambiar,
de no buscar lo que de verdad nos atrae, de no pedir, de no dar,
de la negación sobre uno mismo, del miedo paralizante, del miedo a sentirse vivo, ...
De no parar para pensar que no viviremos siempre.

Empezamos a “morir”, metafóricamente hablando, cuando corazón y cabeza van por
caminos diferentes. Cuando han dejado de estar juntos.
La cabeza se llena de tonterías, muchas de ellas heredades de estupideces venideras
del pasado o quizás de esos otros miedos generadores de previsiones inciertas
sobre el futuro.
Si la mente gana al corazón empieza la parálisis.
Falta el atrevimiento. Todo son muros, obstáculos.
Y, como tal, los obstáculos nos impiden ver las metas.

Una bonita esperanza es escuchar tu corazón y seguirlo.
Elegir el camino del corazón es elegir el amor.
Cuando eliges el camino del corazón no te equivocas.
¡Vives!

Por el contrario, cuando olvidas lo que el corazón te marca, cuando eliges sus pasos,
te invade el miedo, la desesperanza, la tristeza, las “etiquetas del pasado”
y pierdes oportunidades para crecer, para cambiar, para vivir diferente;
dejas de ser tú para convertirte en un espejismo de ti mismo.

No olvides esto:

“nadie puede beber agua de un espejismo”

Tú tampoco, ...no es real.

El “buen” miedo es necesario, es biológico, te ayuda.
Pero el miedo tóxico no!!!
En cualquier caso, aún siendo producto de nuestra débil mente, hay que recibirlo,
ponerle cara, aceptarlo y atenderle con coraje para superarlo.
No huyas de él porque te perseguirá siempre.
El miedo se enriquece con el miedo.
“Huir de lo que temes es sólo acrecentarlo”, dice Krishnamurti.

Ten miedo
sólo al miedo

El corazón es un timón necesario para gobernarte.
¡Escúchale!
¡Déjate llevar también por él!
Buda decía que si te encuentras dos caminos y no sabes cuál elegir,
pregúntate cuál de ellos tiene más corazón. No te equivocarás si eliges ese.

Elegir corazón para vivir.

¡ATRÉVETE!

Lo decía Horacio:

Gobierna tu mente
o ella te gobernará a ti