Paisaje desde el tren

Escribo mientras viajo en tren, aveando camino de Barcelona.
Me gusta viajar en tren. Me llegan ideas. Me inspira.
Es frecuente cuando viajo en tren que coja mi pluma, un lápiz o un rotulador,
apague el ordenador y rodeado de buena música,
que me ayuda a alejarme del ruido exterior, empiece a escribir ideas en un cuaderno.

A veces estas ideas no tienen conexión entre sí;
quedan como píldoras para profundizar en un futuro.
Otras veces son el capítulo de un libro.

Hoy me ha pasado esto.
Me puse a escribir y a escribir, casi compulsivamente...

Sólo tres de esas ideas he querido dejarlas en este post:

LA DIFERENCIA

Los seres humanos somos perfectamente imperfectos. Esto me gusta!
No sabemos volar, pero hemos sido capaces de alunizar
o de mandar un satélite al espacio; tenemos una capacidad pulmonar escasa,
pero podemos surcar la profundidad de los mares; somos una de las especies más lentas del planeta en nuestros desplazamiento natural, pero sin embargo somos
capaces de desplazarnos a más de 300 km/hora simplemente subiendo en este tren;
no tenemos casi fuerza, pero somos capaces de levantar una torre
de cientos de metros de altura; ...

¿ Y todo esto por qué?
Porque algo nos diferencia del resto del reino animal desde hace más de
6 millones de años; tenemos la capacidad única de

hacernos preguntas

Y hablando de preguntas, me pregunto yo:
¿Por qué no lo practicamos más?
Son el motor del desarrollo, de la creatividad, del avance.


LA VIDA

Otra forma de definir qué es vivir:

“Llenar huecos”

Los llenamos de creencias. De sueños que se alimentan de esas creencias.

El problema: Cuando se llenan de creencias que tienen que ver con el
miedo tóxico.

Lo deseado: Cuando lo llenamos de creencias que tienen que ver con el AMOR
Nos ayuda a vencer cualquier tipo de miedo.
Cuando hay amor no hay miedo.
Nos ayuda a entusiasmarnos, a vivir con pasión.

Y me pregunto yo:
¿Por qué no lo practicamos más?
Es el motor del desarrollo, de la creatividad, del avance.


LA PREFERENCIA

Prefiero los sueños a los objetivos.
Sólo por una razón: Un objetivo es una conveniencia pasajera. ¡Tiene fin!
Mientras que un sueño con pasión, pasajero o no, es el fundamento de la existencia.
A un sueño con pasión le dedicamos toda nuestra energía.
Un sueño con pasión es un sueño que se está construyendo.

Y me pregunto yo:
¿Por qué no lo practicamos más?
Son el motor del desarrollo, de la creatividad, del avance.

Sí, aquí en el tren, mientras contemplo el paisaje desde la ventana, pienso:

¿ Por qué no preguntarnos
sobre cuáles son nuestros sueños
y llenarlos de amor ?