"Desmayarse, atreverse, estar furioso,
áspero, tierno, liberal, esquivo,
alentado, mortal, difunto, vivo,
leal, traidor, cobarde y animoso;

no hallar fuera del bien centro y reposo,
mostrarse alegre, triste, humilde, altivo,
enojado, valiente, fugitivo,
satisfecho, ofendido receloso:

huir el rostro al claro desengaño,
beber veneno por licor suave,
olvidar el provecho, amar el daño;

creer que un cielo en un infierno cabe,
dar la vida y el alma a un desengaño:
esto es amor; quien lo probó lo sabe"

Lope de Vega

Mientras observo el mar desde mi ventana un día gris de primavera, escuchando
a Mendelssohn en el piano de Lang Lang, pienso en la fuerza del amor.

No existe un sentimiento tan universal como el amor.
De hecho, el amor transciende de un sentimiento; es por sí sólo valioso,
abarca una gran cantidad de posibilidades,
tiene que ver con afecto, bondad, relación, sexo, unión, ...;
se relaciona con la ciencia, la religión, la filosofía, el arte, ...;
es altruista, egoísta, hipócrita, publico, privado, heroico, fanático, ...;
puede ser romántico, platónico, compasivo, amistoso, devoto, interesado, ...

Matthieu Ricard, doctor en bioquímica y monje budista,
se sometió a un exhaustivo estudio mediante escáner cerebral
bajo un estado especial de meditación en el que generaba
una gran sensación de amor en estado puro, no enfocado hacia nadie en particular.
Los resultados mostraron un aumento significativo, sin precedentes, de la actividad
del cortex prefrontal izquierdo, relacionado por la ciencia con las emociones positivas,
mientras que la actividad cerebral del lóbulo prefrontal derecho, relacionado
con los estados depresivos, disminuía, ... como si el amor fuese un antídoto
contra la depresión. También se comprobaba una disminución de la actividad de la
amígdala, relacionada con el miedo y con la ira.

Ya lo habíamos dicho en otras ocasiones en los post de este blog:

donde hay amor
desaparece el miedo


" Tengo necesidad de ti para no sufrir ",

decía Sant-Exupéry al hablar del amor que él sentía.
Y es que el amor, mal entendido, tiene una cara negra: El apego
Es un amor contrario en si mismo, paradójico:
produce euforia y bienestar al tiempo que genera dependencia y esclavitud.

El amor sin despojarse del apego es quizás la dependencia afectiva más intensa
conocida entre las personas. Y dolorosa cuando no es recíproca.
El apego genera emoción de amenaza mantenida, de inseguridad, de celos,
alerta desmedida, de desprotección, de angustia, incluso de estado depresivo.
El amor que te libera te roba la libertad.

" Más recibí la flecha que me asignó Cupido,
y amé cuanto ellas puedan tener de hospitalario "

Nos dejó escrito Antonio Machado.
Y es que mirando el mar me doy cuenta de que

quien lo probó, lo sabe...