Estoy en San Francisco, de la mano de #eoiabroad, para pasar una semana
llenando mi mochila de nuevos aprendizajes, de nuevas experiencias, de conocimiento, de vida.
Con la mente muy abierta.

Mientras paseo en un domingo caluroso de otoño junto al Fisher Market, junto a los muelles,
a la espera de coger un barco para Sausalito, sin perder detalle de todo lo que por mis ojos se cruza,
me viene a la mente los NINERS.

Se trata del equipo profesional de fútbol americano cuya seda está en esta ciudad, los San francisco 49ers,
que son conocidos coloquialmente como los Niners.
Pero no me acuerdo de ellos por su fama como equipo de fútbol, sino por su nombre.
El origen de su nombre, los 49ers.

Nombre que les viene de los mineros que poblaron el ahora Silicon Valley, y todo San Francisco,
en la época de la fiebre del oro que se produjo en 1849. En el 49.
Los primeros buscadores de oro se llamaron los "Forty-Niners",
llegaron a California en barco, en grandes caravanas, por tren, ...
todos en busca de lo "nuevo", de la riqueza de la época, del oro.

Ahora en esta nueva época otros seguimos viajando con regularidad a esta zona del mundo.
En busca de oro, ...de otro tipo de oro.
Oro convertido en creatividad, en forma de entender la vida y la profesión, en conocimiento,
en mente emprendedora.

Algo sigue vivo de aquellos mineros del 49.
El espíritu de ellos está presente aquí, en forma de una actitud diferente.
Aquí sigue esa mente buscadora, que quiere explorar todo y atreverse.
Equivocarse y seguir intentándolo.

Tres, si tuviera que hacer resumen, son para mi los principios básicos de esta actitud:

Atender el ERROR como algo +

No! No se dejan llevar por sus errores como si de fracasos para no volver a intentarlo se tratase.
No claudican ante el error.
Han entendido que de cada fracaso se aprende.
Que el fracaso es un motor de futuro necesario para conseguir sus objetivos.
Una oportunidad de no volver a cometerlo.
Que se triunfa porque nos equivocamos. Que no se trata de practicarlo, de convertirlo en éxito,
pero si de llevarse de ellos lo necesario para que no vuelvan a suceder.
Que el éxito es la excepción que confirma los fracasos acumulados. Y que si se busca se llega.
Que el fracaso derrota a los perdedores, mientras inspira a los ganadores.

Un ejemplo, James Dyson, el creador de los aspiradores caseros Dyson, los primeros sin bolsas de papel,
que necesitó hacer cerca de 5.127 prototipos entre el año 1979 y el año 1984
hasta llegar al producto que ahora conocemos.
Y los que nos dice:

" el fracaso es el punto de partida.
Si siempre tienes éxito, nunca aprendes nada."

Y si no aprendes no evolucionas, no modificas costumbres, no cambias, no creces, ...


La PERSEVERANCIA

Aprender a mantener el esfuerzo en el tiempo para llegar a lograr algo.
No decaer, no desistir, no morir en el intento.
Si te caes, te levantas.
Tony Nadal me decía en el prólogo que escribió para ¡ATRÉVETE!

" Gran parte del secreto del éxito es la actitud.
Si fracasas, hay que levantarse, 
analizar tus fallos 
y volver a la carga"

Volver a la carga, es decir volver a empezar desde lo aprendido.
Mantener el esfuerzo te acerca a la recompensa.
No huir a la primera de cambio.
Saber que el esfuerzo y la diversión no están reñidos.
Que el esfuerzo se alimenta de la disciplina, de la voluntad y de la humildad.

EMPEZAR

No lo dejes para después.
No postergues. No para mañana.
Dejar para mañana es no hacer.
Lo sabes con lo cotidiano: con el inglés, con el gym , con lo de dejar de fumar, con ...
Y lo sabes con tus proyectos personales y profesionales.
No lo dejes porque no lo harás.
La clave está en el "YA".
Por aquí, en Silicon Valley, se le llama coloquialmente como actuar en beta.
...pues vive en beta !!!

Haz !!!!
Hazlo ya !!!!
Just do it !!!!

Inténtalo. Prueba. Vuélvelo a intentar.
Añade la paciencia necesaria y a empezar de nuevo.

Tres actitudes, a mi modo de ver, que ya tenían aquellos NINERS, aquellos mineros que venían
bucando el oro de la época del 1849, y que tanto espíritu han dejado sembrado en esta tierra.
Y que se resumen en la capacidad de tener una mente creadora, que explora, que se arriesga,
que busca un horizonte nuevo, que se da el permiso de equivocarse, que se atreve.
Y por no olvidar otro aspecto importante, que además se divierte con aquello con aquello que hace.

Y paseando paseando, con una mente inspirada y observadora,
¿qué tal si me voy a comer algo en el Fisher Market?

Un mensaje desde San Francisco:

¡ATRÉVETE!