¿De quién depende tu vuelo?


Los sabios siempre nos han insistido, en cualquiera de sus culturas, en que es uno mismo
el que se hace el bien o el mal.
Lo cual no quiere decir que otras personas no nos puedan hacer daño, perjudicar o beneficiar.
Pero no hay duda de que el peor enemigo de una persona vive dentro de ella.

Todos debemos madurar lo suficiente para hacernos responsables de nuestros hechos,
de nuestras palabras, de nuestras acciones.
Para ello tenemos que asumirlas conscientemente, y dejar de buscar falaces justificaciones fuera
de nosotros, auto-engañarnos o generar pretextos.

Todos los seres humanos tenemos una mente que nos mueve.
A veces nos parece ajena, dócil, pero la realidad es que es la creadora de todo lo que nos sucede.
La mente es nuestra compañera durante toda la existencia.
Todo se experimenta, se siente, se vive desde la mente.
La experiencia corporal es un reflejo de lo que la mente recibe o manda.
Aunque es muy bueno conocer que manejando nuestro cuerpo adecuadamente, ella cambia, se adapta,
crece, se re-organiza, se dispone en una dirección o en la contraria.
La mente puede atar o liberar.
Puede ser generadora de pensamientos amorosos o cargarnos de odio. Construir o destruir.
Cuando la mente es luminosa nos ilumina e ilumina el mundo que nos rodea.
Cuando la mente vive en oscuridad nos oscurece y oscurece nuestro alrededor.

¿Cómo viajamos a nuestra mente?

Movilizar bien los recursos mentales es purificar las intenciones,
desde las intenciones mejorar el uso de nuestro lenguaje,
y desde ahí las actuaciones que llevamos a cabo.

Deberíamos limpiarla de tendencias destructivas y llenarla de tendencias creativas.
Pero, ¿cómo hacerlo?
No creo que existan recetas.
Pero sí formas sencillas de mejorar nuestros pensamientos y ponerlos en la dirección correcta.
De la mente nace el pensamiento que siempre, de forma sencilla, elige entre dos caminos:

el que conduce al paraíso interior,
el que vive en el amor.

y el que nos lleva al infierno interior,
y se alimenta de miedo y destrucción.


Existen tres ejercicios sencillos necesarios para mejorar

el viaje al centro 
de nuestra mente

 El primero consistiría en activar la mayor parte del tiempo posible en nosotros mismos la

ATENCIÓN CONSCIENTE

De forma sencilla, se trataría de poner atención en nuestros pensamientos, en nuestras palabras,
vigilarnos, mirarnos de dentro a fuera sobre todo lo que hacemos.
Al poner atención podemos evitar los comportamientos dañinos y auto-lesivos.
La ausencia de auto-vigilancia deja a neustra mente en manos de la interpretación primera,
con frecuencia falsa y cómoda.

Poner atención plena es vigilarse, es descubrirse a uno mismo, "pillarse" para traerse
a lo que más nos puede ayudar.
Nos proporciona capacidad de elección.
Elegir la actitud, es decir la disponibilidad mental que ponemos al servicio de los hechos que nos
suceden depende de nuestra capacidad de generar alternativas y después elegir la mejor en ese momento. Ella no nos dirige; elegimos nosotros el camino, la dirección.
Esta es la gran libertad de la mente humana, del ser humano.
¿Por qué nos cuesta tanto practicarla?

La atención consciente nos permite además generar sobre nosotros el mayor de los derechos:
LA PROPIA AUTO-REGULACIÓN.

Controlarse. Controlar el sentimiento que nace producto de nuestras reacciones emocionales y pensamientos.
No se trata de reprimirse. Sino de darse permiso consciente.
Se trata de no violentarse. De mejorarnos. De exigirnos lo que es exigible y no más de lo que podemos.
De compartir con los demás lo mejor de uno mismo. La mejor versión.
Liberarnos para siempre de las neurosis estúpidas. De las emociones negativas. De las actitudes insanas.

Nos ayuda a desplegar nuestra compasión. Y desde ahí alejar la ira.
Nos ayuda a huir de apego innecesario.
A practicar la verdad.
A entender el pasado.
A ejercitar la generosidad.
A vivir con ternura.
A relacionarnos desde el respeto. A comprender verdaderamente la interdependencia.

El segundo ejercicio recomendado es

EL ENTRENAMIENTO

Se trataría de vivir enseñando a la mente a ser conscientemente libre.
Requiere de esfuerzo. De perseverancia.
Entrenarla a que sea sosegada, plácida, pura, estable, resolutiva, clara, controlada, energética, pura,
alineada contigo mismo, accionable, disponible, ...

Entrenar nos permite evitar la postergación y la pereza.
Nos aleja del inmovilismo. Del vivir parados en lo que fue y ya no es.
Nos pone en movimiento. Moviliza nuestro talento.

Entrenar es ejercitar.
Entrenar es repetir una y otra vez.
Entrenar requiere de ejercicios.
Una forma de entrenar la mente es con el movimiento del cuerpo.
Poner tu propio cuerpo al servicio de la mente. Enseñar a la mente desde el cuerpo.
El cuerpo como el principal instrumento de la mente.
La corporeidad puede instrumentalizar la búsqueda de la mejor actitud, de la plenitud y armonía mental.

El trabajo consciente sobre el cuerpo es extraordinariamente efectivo, psicoterapéutico,
favorece la salud mental, la emocional, incrementa la vitalidad.
Nos ayuda a relacionarnos mejor con nuestro entorno.
Nos ayuda a liberar tensiones, angustias, estrés, apatía, abatimiento.

Haz deporte. Ve al gym.
Practica la meditación. El yoga.
Baila.
Practica la relajación conn cualquier tipo de técnicas.
Vive gestionando tu respiración conscientemente.
y ... ¡MUEVETE!

El tercero de los ejercicios que te quiero proponer es el de la

VISUALIZACIÓN

Visualizar es poner el fin en la mente.
Al traer lo deseado a la mente, el futuro al presente, algo hace que nuestro pensamiento y emociones
se concentren en la consecución de ello.
Visualizar es pre-diseñar una idea. Es dibujar una idea que estaban aletargada en la mente.

Al visualizar entramos en estados de repetición centrados en un único foco.
La visualización nos aleja del diálogo absurdo que nos despista, de la mente distraída,
de la hiper-imaginación innecesaria, de la interpretación representada por el pasado.
Con la visualización la atención se concentra en el deseo y se apaga el auto-discurso mental.

No se trata de no poner la imaginación al servicio de lo nuevo.
Sino de utilizarla adecuadamente porque está bajo nuestro propio control y así la utilizamos para el autodesarrollo.
Se trata de vivir mentalmente estados requeridos, buscados, emocionalmente constructivos.
Nos ayuda a relacionar y colocar la imaginación y la ilusión impulsadora de acción
en el camino elegido.

¿Por qué imaginar lo que no deseamos?
¿Por qué darle espacio a lo que nos es lesivo?
¿Por qué dejar a la mente que cree aquello que nos hace daño?

La visualización es el ejercicio que nos ayuda a corregir el camino equivocado por la mente.
Nos permite cambiar el foco.
Nos permite ver un fin diferente.
Se trata de técnicas pàra re-creear la mente a través de la re-creación imaginativa.
Es el primer nivel de la transformación: tener la idea deseada muy clara.


Un objetivo de este post:
conseguir el adiestramiento de los pensamientos hostiles.
Cambiarlos y acionarlos en otra dirección, en la deseada.

Madurar es aprender 
reflexionar  y elegir 
antes de actuar

De eso se trata.
Esto hace a la persona mucho más feliz. Más respsonsable. Más orientada.

Recuerda...


AL CUIDARTE A TI MISMO,
CUIDAS A LOS DEMÁS,
Y AL CUIDAR A LOS DEMÁS,
TE CUIDAS A TI MISMO