Patch Adams, hizo de la risa una forma de vida


Regalarse  risa,  es lo más serio que puede hacer una persona por sí misma.
Se refleja en los demás. Se contagia.
Y quien la recibe, obtiene una magnífica oportunidad para el disfrute y para cambiar la mirada.

La risa es un componente fisiologico único del ser humano.
Junto con el lenguaje oral y la expresión corporal, es el que más expresa el estado de ánimo de las personas.
Forma parte de la esencia de la comunicación y relación entre las personas.
Se manifiesta tempranamente, a las 36 horas del nacimiento.

Un niño de seis años ríe entre 300 y 400 veces al día, un adulto risueño no más de 60 veces al día.
Y un adulto normal,  se queda con unas 12 veces al día. (Datos del estudio MÉD.UIS. 2011;24(1):95-100)
¿No será, como decía Dali, que nacemos genios y nos convertimos en imbéciles?
¿No será que por medio de este transito del vivir está la educación que recibimos?

Si en tu vida ya te has dado cuenta del poder de la risa, sabrás que es una llave mágica
que te abre el amor de los corazones cerrados y que prende la llama de tu alma.

La risa no es sólo un gesto de los labios, no es un cerrar de ojos, no es cambiar una expresión.
La risa hace que seamos divinos porque nos genera entusiasmo, nos devuelve la confianza,
nos transmite la emoción que más nos habilita para casi todo: la alegría.

Si ries mucho tendrás arrugas cercanas a tus labios.
¡Que bien!  ¡Celébralo!
Son las huellas de tu felicidad.

La risa es la medicina preventiva más potente conocida.
La medicina debería prescribirla, no tiene efectos secundarios, ni contraindicaciones.
Ya se usa en el tratamiento de algunas enfermedades en hospitales, no sólo con niños.
Enfermedades post-traumáticas, con enfermos terminales de cáncer, con pacientes inmunodeprimidos,
en el alzheimer, en enfermos psiquiátricos, ...y un largo etcétera.

Fue en 1926 Ana Freud la primera doctora conocida que empezó a utilizar la risa con carácter terapéutico.
Más tarde, en los años setenta del siglo pasado,  Patch Adams la llevó a los hospitales.
Se comprobó como con el uso de terapia de risa se conseguía reanimar a los pacientes postoperatorios
mucho antes que aquellos otros que no la usaban como terapia.
Y también como los enfermos con diferentes patologías tratados con risa abandonaban antes el hospital.

El psicologo José Elias asegura, basándose en diferentes estudios científicos estadísticamente significativos,
que el sentido del humor y su expresión, la risa, puede resolver hasta el 80 % de los casos
de depresión y estrés.
Suficiente hecho como para darle la importancia que tiene y como para plantearnos
si no debería ser considerada la risa como una terapia de uso en cada hospital, equipo deportivo,
organización, equipo empresarial, profesionales que trabajan con otras personas, ...

Las personas en su mayoría piensan bajo este paradigma:

“ Cuando lo consiga seré feliz “


¿Esperar a reír a cuando llegue la felicidad?
Creo que es un pensamiento erróneo.

Milagrosamente y científicamente, todo ocurre al revés:

“ Cuando sea feliz, lo conseguiré “

¿Por qué no reír primero?

Al reír predisponemos a nuestro organismo a vivir en un estado emocional alegre,
a huir de los pensamientos negativos, a enfrentarse así ante cualquier adversidad cotidiana,
a vivir con el sentido de búsqueda de la mejor solución, a añadir ilusión al proceso,
a traer energía necesaria para perseguir un objetivo, y a aumentar el poder creativo.

Es sabido que los circuitos cerebrales que utilizamos bajo el sentido del humor,
por ejemplo cuando un hecho nos hace gracia o al reír con un chiste,
son los mismos que utilizamos en el proceso de incubación creativa inconsciente.

Ya lo sabían desde la antigüedad.
Lo practicaban los hechiceros en las tribus, los bufones de los reyes,
en los templos chinos budistas y en los templos sagrados hindúes.

Es, al sentirnos bien, cuando nos aparece una sonrisa.
La sonrisa es la expresión humana más característica y más temprana en la vida;
es la que primero se observa en un bebé, incluso llega a sonreír cuando se expresa llorando.

Un texto sobre la risa, atribuído a Gandhi, nos hace ver todo su poder:

La risa no cuesta nada y produce mucho.
Enriquece a quienes la reciben, sin empobrecer a quienes la dan.
No dura más que un instante, pero su recuerdo a veces es eterno.
Nadie es demasiado rico para prescindir de ella.
Nadie es demasiado pobre para no merecerla.
Da felicidad en el hogar y apoyo en el trabajo.
Es el símbolo de la amistad.
Da reposo al cansado.
Anima a los más deprimidos.
No se puede comprar, ni prestar, ni robar, pues no tiene valor hasta el momento en que se da.
Si alguna vez se tropieza con alguien que no sabe dar una risa sea generoso y déle la suya.
Nadie tiene tanta necesidad de una risa como el que no puede dársela a los demás

Ya nos lo decía también la Biblia en el libro de los proverbios del Antiguo Testamento con la frase:

“Un corazón alegre y risueño es como una buena medicina,
pero un espíritu deprimido seca los huesos”

Sin embargo, en el mundo actual reducimos al máximo su uso. Como si se tratara de algo perjudicial.
Gritamos más que nos reímos.
Negamos más que reímos.
Odiamos más que nos reímos.

Nos dicen los expertos, que un minuto de risa equivale a cuarenta y cinco minutos de relajación.
Que reírse aumenta la autoestima en personas deprimidas, que supone un refuerzo inmunológico,
que acorta los pensamientos negativos, que elimina el miedo y que ayuda a minimizar los problemas.
¿No es esto lo que buscamos para ser feliz?
¿No es lo que demandamos para estar alegre?
¿No es lo que necesitamos para vivir con amor?

El psiquiatra William Fry, quien se ha dedicado a estudiar los efectos de la risa en personas
de todo tipo, estamento social y profesional, en empresas públicas y privadas, nos enseña
que tres minutos de risa equivalen para la salud a diez minutos de haber estado remando enérgicamente.
Al reír movemos más de 400 músculos.

Es la risa la medicina más barata y eficaz.
Es la risa el mejor de los vicios.
Es la risa la que excluye las emociones negativas y te ayuda a lidiar con situaciones de tensión.
Es la risa el mecanismo más preciado de restauración del sentido del humor.
Es la risa el instrumento más humano del amor.
Es la risa el arma más potente para transformar el mundo.
Al menos, con total seguridad, tu mundo. El de cada día. El más cotidiano.

Un buen estado de salud depende del equilibrio existente entre el sistema nervioso parasimpático
y el sistema nervioso simpático.

El parasimpático es el responsable de segregar endorfinas, las hormonas conocidas como del bienestar.
Especialmente las encefalinas, que generan en las personas tranquilidad y armonía,
alivian el dolor, activan el sistema inmune y reducen la cantidad de hormonas adrenérgicas
productoras de estrés.

Por el contrario, el sistema nervioso simpático es el que se responsabiliza de generar hormonas
catecolaminas , como la noradrenalina y adrenalina, el cortisol, la noreprinefina, adrenocorticotropina, ...,
todas hormonas responsables de generar estrés, de predisponerte a la violencia, a la defensa, a la huida.

¿Tenemos equilibrados, en nuestro quehacer diario, estos dos sistemas activadores
de los diferentes tipos de hormonas?
¿O sale ganador el sistema simpático?

Es la risa el principal regulador del equilibrio entre estos dos sistemas.

Además, el doctor Lee Bark, de la Universidad de California, entre otros, ha estudiado
el papel que la risa ejerce sobre el sistema inmune de las personas.
Descubrió al analizar multiples muestras sanguíneas de pacientes que veían una película cómica,
que la risa disminuía los niveles en sangre de hormonas del estrés y que ejercía un efecto inmune
en los pacientes al aumentar el número de linfocitos T y de anticuerpos, los cuales permanecían en
ascenso numérico hasta 12 horas después del episodio de risa.

Es la risa la mejor terapia conocida.
Es la mejor pastilla para la salud.

Y, por si no fuera suficiente, nuevos estudios de las neurociencias, nos demuestran que daría igual
reír por algo que nos lo provoca que reír por nada, es decir engañando a nuestra mente.
El resultado biológico de ambos casos es el mismo.
Y el poder de la risa también es el mismo en los dos casos, se obtienen los mismos beneficios vitales.
Inventate la risa.
Re-invante con la risa.

No deberíamos dejar de llevar  la risa a lo más cotidiano, al trabajo, a la vida familiar,
a las reuniones de amigos, a tu propio diálogo interior.
Es la risa la que te produce el equilibrio emocional necesario en tu vida.
Ya sabes ...

un día sin risa y sin amor 
es un día que pierdes

Y además la risa se contagia. Es social.
Habla el mismo lenguaje en todos los idiomas.
Ya sea mandarín, francés o alemán, en todos los idiomas se identifica con “ja”.
No distingue clase social alguna, ni estado, ni nación.
Los sordos se rien sin oir.
Los ciegos se rien sin ver.

La risa es una forma de enfocar la vida.
La risa es una forma de vivir.
Vivir para reír. Reír para sentirnos vivos.

Nada mejor para terminar este post que un...

jajajajajajajajajajajajajajajajajaja
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