Hogueras de Sant Joan en la playa de Alicante

Ha empezado el verano.
Y ha sido el solsticio. La trayectoria del sol alcanza su punto más alto.
Cuando a todas las "cosechas" les ha llegado su momento.
Los días son los más largos. Las noches son de fuego.
Días para quemar lo viejo.

¿Hay algo este año que tengas pendiente de  tirar a la hoguera?

Estamos en vísperas de la festividad de Sant Joan.
En muchos lugares de nuestro país es el día en el que el fuego quema lo que yo nos vale;
esos muebles que nos acompañaron pero ya no nos sirven,
los viejos papeles y libros que ya no nos dicen nada,
lo que estorba, cachivaches absurdos, los trapos del pasado, ...

Romper con el pasado es una necesidad para seguir en el camino adelante de la felicidad.
Para avanzar en la búsqueda de Ítaca.
Para disfrutar del camino y no sólo de la meta, sabiendo que recorrerlo es lo que nos hace sentirnos bien.
Momentos para no anclarte a lo que ya no te es válido.
El pasado, lo que ya para ti es viejo, no te garantiza el éxito esperado en tu futuro.
Mirar atrás no es la solución.

El pasado es necesario, de él se aprende, con él quizás se llegó donde esperábamos
y de él se puede seleccionar lo que todavía es necesario.
Pero el pasado nos debe paralizar el presente.
El pasado lo debemos usar para ponerlo en el "sofa" de nuestra vida, a descansar,
y no darle espacio como trampolín de futuro, ni como lugar del presente.

Quemar lo viejo, una necesidad de vida.
Para cambiar. Para crecer. Para seguir avanzando.
Lo dice la propia palabra en su significante:
avanz-ando

Días para quitar de tu vida lo que te es tóxico. Y así seguir andando.
Días para alejarte. Ir. Salir hacía adelante.
Días para romper con esos amigos que vinieron a tu vida no para quedarse
sino para visitarte durante un período de la misma. Y ahora te dicen adiós.
Días para cambiar de estación, esperar el nuevo tren que te llevará a nuevos horizontes.
Días para introducir en tu vida profesional nuevos rumbos, nuevas metas.
Días para empezar aventuras que antes no habías imaginado. Poner tu vista en mirada hacía adelante.
Días para la purificación, limpieza del alma. Limpieza de emociones.
Días para romper con los viejos tratos en los que ya no crees.
Días para la re-invención. Días para la renovación, para re-nacer.
Días para activar tu cuerpo. Ponerlo en marcha. Moverlo. Agitarlo. Usarlo. Darle vida.
Días para, como el fuego, encenderte, ponerte "on", en marcha, si es que estabas apagado.
Días mágicos, de conjuros, con propiedades extraordinarias para el cambio.
Días para quemar los trapos que representan lo caduco. Lo que para hoy y para mañana ya es superfluo.

Días de verbena.
"Verbena", palabra que en su origen no significaba lo mismo que su significado actual.
No es sólo fiesta. No es sólo baile. No es sólo música en la calle.
Las " verbenas" en su origen se referían a los encuentros para ir a la recogida, en plena noche,
de la planta llamada con este mismo nombre.
Planta que se utilizaba para sanar las heridas y que se recogía la noche del solsticio de verano.
Era la planta utilizada por los druidas celtas para predecir el futuro.

Pues eso, ... días de sanar las heridas, días de futuro.

En los pueblos mediterráneos, la noche de Sant Joan, siempre ha sido una noche de fuego
para la purificación.
El momento del año en el que comienza un nuevo ciclo.
El momento del año ideal para desprendernos de cualquier tipo de carga negativa que nos acompañe.

Desprenderse es dejar atrás. Es liberarse. Es abandonar algo que ha sido una carga.
Desprenderse es seguir sin algo. Es separarse de lo que estorba.
Desprenderse es despejar el espíritu. Es curarse el alma.
Desprenderse perdonándose y perdonando.
Desprenderse dando.
Desprenderse avanzando feliz en el camino.
Desprenderse es vivir el momento sin foco en lo que fue.
Desprenderse es cerrar etapas. Y abrir nuevas puertas.
Desprenderse es alejarse de los por qué. Y unirse a los para qué.
Desprenderse es decir "sí".
Desprenderse es no quedarse fijo en algo. Es decidir. Es elegir nuevos caminos.

Es Sant Joan, momentos para revisar nuestro cuerpo, nuestras relaciones y nuestra prosperidad.
Momentos para amar a la luz de la luna llena.
Momentos para mirarle a los ojos. O imaginarle.
Momentos para revisar el pasado y juntos darse el permiso de construir un nuevo camino, un nuevo espacio.
Momentos de luz, desde el fuego de la tierra hasta la luz del cielo,
con el sol brillante durante el día y la luna completa en la noche.
Momentos de ritual. De deseo.

Dice un dicho popular:

"Bailemos este San Juan, 
que el que viene, nadie sabrá"


Pues eso, a bailar, a gozar, a vivir, a amar, ...

Y a quemar 
todo lo que ahora ya está 
  de más