Probablemente casi todo lo que más amas empezó con un sí .
Toda aventura empieza con un sí .
La vida, que es la más apasionante de las aventura, se mueve desde el sí.
El deshoje de la margarita nos gusta que acabe en un sí.
Por el contrario...
¿Has pensado alguna vez qué has podido perder en tu vida desde ese “NO” que te regalaste a destiempo?
¿O desde ese “NO” que en realidad nunca hubieras querido decir?
¿Desde ese no que soñaba con ser sí?
Decir “NO” también es necesario.
Lingüísticamente el no es útil..
Debemos aprender a decir “NO" a todo lo que no deseamos, a lo que nos molesta, a lo que nos paraliza.
Debemos decir no al temor, al aburrimiento, al sufrimiento, al daño, al sucedaneo, a lo falso, a la angustia.
Decir no a las guerras, a los corruptos, a la mentira, al vacío no buscado, a su ausencia, ...
Estos noes también esconden sus sies.
Si dices “no a la guerra", pides el sí al derecho a la vida.
En el no al aburrimiento viaja un sí a la diversión.
El no a la mentira demanda un sí a la verdad.
Utilizar el sí y el no con firmeza, con distingo, sabiendo cuando usar cada uno de estos adverbios es liberarte
de estados tóxicos, es huir de lo no deseado, es vivir en lo amado, con lo elegido.
Aprendamos a decir “NO” y “SÍ", pero no a vivir desde el "no", porque eso sería empezar a morir.
Lo dice la Real Academia de la Lengua Española:
Decir no a un sueño es apagarlo.
Decir sí es afirmarlo.
Decir no a lo que amamos es empezar a olvidarlo.
Decir sí es afirmarlo.
Decir no a un hábito buscado es no llegar a conseguirlo.
Decir sí es afirmarlo.
Decir no a una meta es buscar la excusa para no intentarlo.
Decir sí es afirmarla.
Decir no a la vida es morir.
Decir sí es afirmarla.
Decir sí es viajar hacía adelante. Es construir puentes. Es continuar.
El sí también es un sustantivo, cuando se refiere a consentimiento, es decir, cuando otorgas permiso.
Puedes decirte sí y darte permiso para perseguir aquello que deseas.
Puedes decirte sí y darte permiso para avanzar en el proyecto que tienes entre tus manos.
Puedes decir sí y darte el permiso de no perderle.
Atrévete a decir sí y algo puede estar a punto empezar.
Atrévete a decir sí y cambia.
Nadie puede hablar de no mismo.
Pero cualquiera puede hablar de sí mismo.
El sí está en uno mismo. En uno mismo no habita el no.
Prefiero decir
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