El más simple de los placeres: algo muy simple


La simplicidad es la máxima sofisticación, nos enseñó Leonardo Da Vinci.

Un proverbio irlandés dice:

“Mejor una buena cosa que lo es
que dos buenas cosas que lo fueron,
o tres buenas cosas que tal vez nunca serán”

No mirar con melancolia el pasado. Es simple.
No quedarse enganchado en él.
No proyectar ansiosamente el futuro. Es simple.
Vivir el presente con plenitud, bajo un pensamiento de abundancia;
es decir, dando gracias por lo que tenemos, por lo que somos, por lo que hacemos, ... Es simple.

Lo más impactante que tenemos a nuestro alcance es lo más simple. Lo cotidiano es simple.
Lo verdaderamente importante es simple.
Se trata de verlo. De descubrirlo.
De vivir los momentos, aparentemente insignificantes, con el máximo placer.
Recibiéndolos con alegría. Eligiéndolos con sabiduría.

La simplicidad es el estado o cualidad de ser simple, nos dice el diccionario.
Es una decisión mental.
Es la elección individual de cómo describimos algo. De cómo lo interpretamos.
Con frecuencia, complicamos lo simple.

Algunos días, como si de plastilina se tratase, están modelados por nuestra mente como un conjunto
de momentos llenos de placeres simples.
Hoy es un hermoso día.
Hoy es un día único.
Lleno de momentos únicos.
Otros días, las circunstancias externas o nuestro turbulento interior nos llevan por el camino de lo complejo.
Huimos del placer por lo simple.
Del agradecimiento por estar vivos.

En la ciencia y en la filosofía, la simplicidad es el criterio meta-científico más importante
por el cual se evalúan todas las teorías.
Lo válido es simple.

La simplicidad es elegante. En la moda, en el arte, en la música, en el teatro, en la artesanía,
en la naturaleza, en la arquitectura, en la religión, ...

La mayoría de los niños son simples.
La mayoría de los ancianos son simples.
La vida en sus extremos es simple.
Se aleja de lo pomposo. De lo rimbombante.

El epicuerísmo postulaba que la autentica felicidad está en lo simple.
La simplicidad reside en el arte de contemplar, interpretar y valorar lo pequeño.
Te ayuda en el quehacer diario. En las tareas.
Te brinda flexibilidad, apertura a lo nuevo y control.

Lo complejo empieza a cobrar sentido cuando puede ser descompuesto en pequeños paquetes más simples.

Ser simple no es pensar en pequeño.
Es vivir sabiendo que la vida está en lo básico. Que el verdadero bienestar está en lo sencillo, en lo cotidiano.
En eso que, estando tan cerca, se vuelve invisible a los ojos y al resto de sentidos.

Ser simple es huir de lo artificial.
Es asentarse en la esencia.
Es el derecho a vivir sin la angustia de la insatisfacción permanente.
Y es comprender que todo cambio empieza por algo minúsculo.

Ser simple no es ser simplon. No es vivir idiotizado. Ni ser un imbécil.
Ser simple es poner la inteligencia al servicio de lo verdaderamente importante.
Ser simple es rechazar los dogmatismos.
Ser simple es decidir llevar una vida más sostenible.
Ser simple es saber con consciencia que no saldrás vivo de esta vida.

Ser simple es añadir en la lista de tareas el no olvidar comprar flores para tu amor.
Ser simple es tomar una ducha de agua caliente y sentir el placer de las gotas de agua en tu piel.
Ser simple es notar el roce de sus manos en tu pierna.
Ser simple es disfrutar con la imagen humeante de una taza de té.
Ser simple es pasear descalzo en la orilla del mar.
Ser simple es disfrutar del rayo de sol en el jardín un día de invierno en el mes de febrero.
Ser simple es leer el poema y re-leerlo, sin prisa, sintiendo toda su esencia.
Ser simple es pararte delante del cuadro y sin apartar la mirada no poder moverte de ahí.
Ser simple es disfrutar de la siesta tapadito con la manta en tu sillón preferido.
Ser simple es congelar una imagen de la película de la vida y disfrutar con ella.
Ser simple es tener la capacidad de hacerse con el tiempo y que no sea él quien dirija tu timón.
Ser simple es ...

La simplicidad es un estado subjetivo.
Depende de la forma en la que tu observas el mundo.
Cada uno tiene su definición de “vida simple”.
Aunque, en cualquier caso, lo importante en la vida no es lo que la define, sino el cómo se vive.
Vivir otorgando valor a lo simple te aleja de la depresión, del estrés innecesario.
Te acerca a la armonía. A la toma de consciencia. A la vida con propósito.

El camino de la simplicidad llenará tu vida de valor porque

LA VIDA 
ES 
MÁS SIMPLE 
DE LO QUE PARECE