El tiempo de ayer, ¿dónde fue el tiempo de ayer?
Quiero recuperarlo, traerlo al hoy.
Vivirlo de nuevo. Renovarlo.
Dejarlo quieto. No olvidarlo.

El tiempo de hoy, ¿qué hacer con el tiempo de hoy?
Quiero medirlo. Pararlo. Perderlo. Compartirlo.
Vivirlo junto a ti. Ahora.
Sentirlo. No dejarle ir.

El tiempo de mañana, ¿cómo será el tiempo dentro de un tiempo?
Quiero adivinarlo. Correr delante de él. Adelantarme a su momento.
Vivirlo por anticipado. Ya.
Imaginarlo. Atraparlo y traerlo a este instante.

Nuestra vida es el uso que hacemos de nuestro tiempo.
Elegir qué hacer con él, es vivir; sabiendo que sólo tenemos acceso a este instante.

El tiempo que pasó, gastó vida. Y pasó.
El tiempo del ahora, regala vida. Y está pasando.
El tiempo del mañana, traerá vida. Y pasará.

Para muchas personas el problema de su vida,
disfrazado de otros nombres, de otras enfermedades,
es que el tiempo de ayer ya no está, ya no existe, se fue o ya no será lo que fue.

Para otros, se vive con angustia que el tiempo de hoy no se use como se espera,
o que no se tenga consciencia de su uso.
No poder elegir qué hacer con él es doloroso, ... mientras se ve ir ...
Pasa y pasa sin ser saboreado.

Incluso, a veces, se sufre porque se vive, ilusoriamente, en el tiempo que todavía no ha llegado.
Por momentos con pasión irreal, fustrante.
En otras ocasiones con miedo absurdo, tóxico.

La historia es el recuerdo del tiempo.
El futuro es el sueño del tiempo.
El presente es la vida en forma de tiempo para ser vivido.


La vida no es historia.
La vida no es sueño.
La vida es TIEMPO