Caminamos dormidos.
Leemos dormidos.
Cuidamos de nuestros hijos dormidos.
Hablamos y compartimos con los demás dormidos.
Comemos dormidos.
Vivimos dormidos.
Amamos dormidos.
Besamos dormidos.
Y morimos dormidos.
...
¡Ya es hora de despertar!


Quiero vivir DESPIERTO.
Quizás, un ser inteligente, 
sea el que se permite
cuestionar sus creencias,
desprenderte de lo que le sobra,
a veces del ayer,
...sólo por ser ayer, y no hoy.
Pasar página,
escuchar lo nuevo, vivirlo,
enriquecerlo con su saber,
origen del pasado,
de su experiencia.
Quizás un ser inteligente,
sepa enriquecerse,
crear, imaginar,
asombrarse cada día
con lo que le llega,
re-nacer, aprender,
ser flexible, visionario, intuitivo,
observar el entorno
e intentar comprenderlo,
observarse así mismo
y conocerse…
En definitiva,
VIVIR DESPIERTO.
De Mello nos lo cuenta muy bien,
cuando compara con nubes
que vienen y van.
Algunas son negras
y otras son blancas.
Ninguna permanece.
Algunas son grandes
y otras pequeñas.
Ninguna permanece.
Si seguimos su analogía,
nosotros seríamos el cielo,
que no se va.
Las nubes sí. Dicen adiós.
Cambian. Mueren.
El cielo observa a las nubes.
Las vive, sin hacerlas suyas.
El gran secreto:
mientras ellas, las nubes,
están presentes, las disfruta.
Es consciente ello:
que unas veces estarán
y otras no.
Que unas veces serán blancas,
como la nieve,
y otras veces no.
Negras, como el carbón.
Ambos estados, le hace feliz.
Sabe vivir con ello...
La vida es magia.
Hoy, y tantos otros días,
lo he sentido así, …
Quiero compartir contigo,
un fragmento del libro
de Danah Zohar,
“Rewiring the Corporate Brain”.
Es un fragmento que aparecerá
en el inicio de uno de los capítulos
del nuevo libro que estoy escribiendo,
y del que muy pronto os hablaré…
El fragmento dice así:
“No me interesa lo que hagas para vivir.
Quiero saber lo que ansias,
y si osas soñar con lo que desea tu corazón.
No me importa la edad que tengas.
Quiero saber si te arriesgas
buscando como un loco el amor,
los sueños, la aventura de estar vivo.
No me interesa
saber qué planetas cuadran tu luna.
Quiero saber si has oído a tu corazón,
si te has abierto a la vida
o si te has contraído
y cerrado de miedo a más dolor.
Quiero saber si puedes
estar con alegría,
mía o tuya; es lo mismo,
si puedes bailar con desenfreno
y dejar que el éxtasis te llegue
a la yema de los dedos
sin precaverte a ser cuidadoso, realista
o a recordar las limitaciones del ser humano.
No me importa
si lo que me cuentas es verdad.
Quiero saber si puedes ser
fiel a ti mismo;
sin traicionar tu propia alma.
Quiero saber si puedes ver
la belleza aunque no sea bonita cada día,
y si puedes ver el origen de tu vida.
Quiero saber si puedes vivir
con el fracaso, el tuyo y el mío; es lo mismo
y ponerte a orillas de un lago
y gritarle a la luna plateada: «¡Sí!»
No me importa dónde vivas
o cuánto dinero tengas.
Quiero saber si después
de una noche de dolor
y de desesperación, abatido
y magullado hasta el tuétano,
puedes levantarte
y ocuparte de las necesidades.
No me interesa quién eres,
ni cómo llegaste aquí.
Quiero saber si te quedarás conmigo
en medio del fuego y no escaparás.
No me interesa qué o dónde
o con quién has estudiado.
Quiero saber qué te sostiene
por dentro cuando se derrumba
todo lo demás.
Yo quiero saber si puedes
estar solo contigo mismo;
y estar conmigo,
y si realmente te gusta la compañía
que tienes en los momentos vacíos”.
La invitación,
Inspirado y escrito por Oriah
el Soñador de la Montaña,
anciano nativo americano
(mayo de 1994).

¡VIVIR DESPIERTO!