Ya es otoño, 
…y aquí estamos, agradecidos.
¡Y dándolo todo!
La vida gira, gira
y no deja de girar.
Va y viene.
Ya es otoño.
Algunas hojas empiezan
a cambiar su color,
del rojo intenso al ocre amarillento,
del verde brillante al marrón.
Pasan de la rama que las sujetaban,
a fundirse con la tierra del suelo.
Lo que está vivo, cambia.
Lo que está muerto también.
Nada permanece.
Todo es efímero.
Lo vivo es efímero. Pasa. Desaparece.
Lo muerto también,
tan sólo vive en el recuerdo temporalmente.
Lo que hicimos ya pasó.
Lo que tenemos pendiente por hacer, pasará.
Así es como gira el reloj del tiempo.
Incansable, avanzando,
siempre hacia adelante.
No sólo pasan los años o los segundos, …
Pasan los deseos, cumplidos o no,
pasan los lugares visitados o no,
pasan las noches, amadas o no,
pasan las olas del mar, saltadas o no,
pasan los besos, regalados o no,
pasan los amores, sentidos o no,
pasan las tardes de sofá, dormidas o no,
pasan las gripes, febriles o no,
pasan las botella de vino, disfrutadas o no,
pasan los concierto de piano, con toda atención o no,
pasan los caminos, recorridos o no.
Todo es efímero,
también la vida
...y todo lo que la conforma.
Por ello, aprender a vivir dándolo todo
es saber de la vida.
Y saber vivirla.
Se trata de apresurarse despacio a todo.
E intensamente.
Se trata de romper con el tedio
cuando no es deseado.
Salir de la rutina.
Se trata de sentir el movimiento.
Lento o veloz.
Y así, al haber vivido,
cuando caiga la hoja de nuestro otoño,
estaremos mejor preparados
para fundirnos con la tierra, en el suelo.
O para dejarnos llevar en el agua del mar.
O para vivir la intensidad del fuego.
La vida no es una farsa.
El engaño está en nosotros.
Es, tan sólo, efímera.
Quizás todo es más sencillo
de lo que nosotros lo hacemos…
Quizás es que la vida no necesita
de un mapa para ser vivida.
Queda tanto por vivir,
que hoy debemos dar
la bienvenida a este nuevo otoño.
¡A vivirlo!
¡A sentirlo!
A sentir su frío; cuando llegue.
Y los rayos del sol, que ya no queman.
A dejarnos fluir con todo
lo que nos vaya llegando.
Deseando conocer las sorpresas
que nos aguardan, todavía desconocidas,
..., inesperadas.
A la vez que trabajando intensamente
para hacer que los deseos
más esperados se cumplan.
aquí estamos, girando y girando
que YA ES OTOÑO
...y aquí estamos,
¡dándolo todo!