A nadie nos sorprende saber, a través del estudio realizado por
la prestigiosa revista Forbes, que los 100 americanos más ricos en EEUU
no superan la media, del resto de los ciudadanos, en cuanto a
satisfacción vital se refiere, en comparación con otros 100 paisanos
elegidos al azar e independientemente de sus riquezas patrimoniales.

Y es que era de esperar: Tener no es ser, ...ni sentir.
Ayuda, pero no garantiza estar más alegres, ni reconocerse a si mismo
como con mejor estado vital general.
Ni te da salud física, ni alegría para vivir con más entusiasmo,
ni felicidad añadida, ...
Acumulación de bienes e ilusión por enfrentarse a lo cotidiano con
energía no están obligatoriamente ligados.

Quizás la alegría de vivir tenga que ver más con el vacío, con lo obvio,
con lo que pasa desapercibido, con la capacidad para sentir desde lo sencillo.

Acumular no es sinónimo de éxito personal.
Ni de poder.
Ni de estar más vivo.
¿ Por qué nos engañamos con esto ?
¿ Es necesario vivir con esa voracidad acelerada por el poseer,
por consumir sin más todo aquello que nos promete felicidad ?

Vivimos en el usar y tirar.

Por todo esto me ha generado un guiño de alegría enterarme por el
periódico hoy, gracias al artículo de Patricia Tubella, que en Londres
existe desde hace dos años la primera ESCUELA DE VIDA.
Por el mero placer de cultivar la mente.
¡ Que buena noticia !

Como nos dice la periodista en su artículo, una escuela para debatir temas,
para generar reflexiones, para aprender, ( precioso verbo de acción ),
para provocar el cuestionamiento de los " status quo ".
Para cultivar la mente.

Frente al afán consumista, una oferta para el desarrollo,
para compartir conocimiento. Para intentar con sus enseñanzas aumentar
la calidad de vida de sus alumnos.

La han ubicado en el barrio literario de Bloomsbury.
Las aulas las llenan urbanitas buscando enfocarse en cuestiones aparcadas
por la falta de tiempo.
Cuestiones como la insatisfacción social y personal, la vida familiar,
la vida por la vida, o simplemente porque quieren recrearse
en el conocimiento por el puro placer del aprendizaje en si mismo.
Y en la sabiduría, ... que es el conocimiento de la vida.

Allí uno puede disfrutar de conferencias sobre literatura, arte, filosofía,
llevadas por expertos en esos temas.
Y disfrutar del arte de la conversación inteligente,
tan echada de menos en nuestros días...

Cada vez más estudios psicológicos demuestran que dedicar parte de nuestro
tiempo en el único placer de pensar, de crear ideas, de generar propósitos,
es esencial para ser más felices.

¿ Qué pasa si cambias un poquito del tiempo dedicado compulsivamente
a comprar para dedicarlo a pensar ?

En esta escuela podemos encontrar a los estudiantes reflexionando
sobre la ansiedad que provoca la vida moderna, sobre el papel del amor,
sobre las buenas lecturas y ediciones musicales.

Toda una aventura intelectual.

Señores de nuestro gobierno y oposición,
¿ para cuándo en nuestras ciudades escuelas de vida ?
Probablemente nos ayudarían a salir de la crisis,
... y no solamente de la económica.