Una persona viva necesita ser consciente de lo que vive en cada momento.
Cuestionarse. Pensar. Poner atención consciente.
Una persona “dormida" no llega a ser total en nada.
Vive mecánicamente.
Como duerme, sueña la vida, pero no la vive.

Así viajamos por la vida con mucha frecuencia: ¡dormidos!
Y pasa las horas, los días, los meses, los años, ...

Comemos sin darnos cuenta de lo que estamos comiendo, sin disfrutarlo. Con prisa.
Trabajamos poco concentrados; pensando en una y otras mil cosas.
Paseamos sin ver el paisaje, soñando en múltiples ideas;
todas viajan allá y aquí, van y vuelven, y se mezclan en la mente
como un "totus revolutum”.
Con frecuencia nos descubrimos a nosotros mismos sin saber cómo hemos llegado
a ese pensamiento, a esa idea.

No disfrutamos de los actos cotidianos:
de una ducha caliente o fría, de la copa de vino, de una buena película,
del mirar por una ventana, del apretón de manos, de un abrazo, ...
Estamos leyendo un libro y tuiteando, al tiempo que pensamos
“ que no se me olvide que..."
Es como hacer el amor sin estar totalmente ahí. Una falta de disfrute. ¡Un fraude!
Escribimos en el ordenador mientras atendemos la conversación de otra persona,
al mismo tiempo contestamos al móvil y miramos las notas del post-it.
Completa la lista.
Podríamos relatar un largo etcétera de ejemplos.

La mente dormida, sin ser consciente con lo que decide, hace, actúa, ...
no es total en nada.

Sé consciente de tus actos.
Serás más feliz. Se reducirá tu estrés emocional.
Y también se reducirá tu frecuencia cardiaca, tu presión arterial.
Aumentará tu nivel de dopamina, serotonina y oxitocina; hormonas del bienestar.
Si eres consciente vives la vida de forma total.
Lo que estés haciendo en ese momento lo convertirás en un todo.

Cuando actúas conscientemente surge de ti una gran inteligencia. Humana.
Es como si te volvieras luminoso. Estas en un estado en el que fluyes.
Cuando eres consciente de lo que estás haciendo, completas cada momento.
Vives cada instante como si no fuera a haber otro.
Y te ayuda a evitar el aplazamiento innecesario.
Te aleja de vivir siempre en el mañana. Ese que nunca llega...
Piénsalo:

el mañana no puede llegar jamás,
porque cuando llegue ya será “hoy

No sacrifiques el hoy por el mañana que no existe.
Si quieres soñar, sueña, pero céntrate sólo en eso, conscientemente, ...en soñar.
No estés soñando mientras que tu mente está en otra cosa.
Es tan importante soñar que debemos dedicarle el tiempo que merece,
con atención consciente.

Si quieres crear futuro créalo desde las decisiones de hoy, de ahora.
En el presente.
No esperes a mañana, que el mañana tendrá otro futuro.
Diferente.
Apaga al Homo Mechanicus que llevas dentro.

Vive ahora
¡Despierta!