Empezaré mi post con el subtítulo del libro que publiqué hace ya casi un año:

¿Y si eliges ser feliz?


La Real Académia de la la Lengua Española nos dice que FELICIDAD es un estado de ánimo
que se produce por la posesión de un bien.
Si vamos a la wikipedia leeremos que FELICIDAD es un estado de ánimo que se produce
en la persona cuando ha alcanzado una meta.
Otros diccionarios definen la FELICIDAD como el estado de ánimo que se siente cuando se
disfruta de lo que se desea.

A mi, ninguna de estas definiciones me hace feliz.
Ni me modifica el ánimo.

No será, más bien,  un estado de armonía y paz interior.
Que se manifiesta con un sentimiento de bienestar que perdura en el tiempo,
y no tanto como un estado de ánimo de origen pasajero.

La felicidad se confunde, en ocasiones con la alegría, en este caso sí de origen pasajera,
y que está relacionada con las emociones del momento.
La felicidad es un camino. No depende de un instante.

La felicidad es una elección 
porque depende de la apreciación positiva 
de lo que somos, hacemos y tenemos

Aunque el camino se completa de todos esos instantes que llamamos felices
y que lo son cuando en cada uno de ellos elegimos la actitud para serlo 
y no lo dejamos en manos de las circunstancias que nos rodean.

La felicidad es una decisión basada en la gratitud.
El agradecimiento a lo que tenemos, somos y hacemos.
Al margen de los estímulos y vaivenes que la vida nos trae, todos podemos ser felices.

Resulta muy liberador sentirse feliz sin necesidad de cambiar el mundo que nos rodea,
ni a las personas que están cerca de nosotros.

Eso sí ...

Si algo lo puedes cambiar: 
¡HAZLO!
Si algo no lo puedes cambiar: 
¡ACEPTALO!

Ambas opciones son válidas.
Ambas te traen felicidad.
Aceptar no es resignarte. La resignación te acerca a la protesta continua. Te aleja de la felicidad.
La resignación es un mal que te hace vivir generándote continúas excusas para no cambiar,
para no hacer nada, para paralizarte.

¿Sabes lo que  puedes cambiar siempre?
TU MENTE 

Es decir, el modo como interpretas los hechos que te hacen sentir o no feliz.
Este es el verdadero secreto.
La felicidad en su estado natural no tiene mucho que ver con lo que ocurre en el mundo exterior.
Tiene que ver más bien con la paz interior de cada persona.
Muchos pobres, faltos de posesiones, vivientes en entornos muy pobres, 
pero con una cultura interior muy rica, son muy felices. 
Muchos ricos, cargados de bienes, son muy pobres de felicidad.
Y esto, porque la felicidad está en el interior de cada uno.

Si el mundo que te rodea está en paz, mucho mejor. Más fácil podrás alcanzar tu felicidad.
Y sino es así, tu mente en paz hará que mejore la paz de tu mundo exterior.
Recuerda: lo que ocurre adentro es afuera.

El Dalai Lama afirma que nuestro único deber terrenal es el deber de ser felices.
¡De acuerdo maestro!

Vivirás tan feliz como te lo permitas a ti mism@.

La felicidad es una elección.
El sufrimiento también.
¿Qué eliges?


Lo decía en mi libro “¡ATRÉVETE!” :

¡Elijo ser feliz!