“Regalar" tu corazón a otra persona es quizás el acto más bonito de la vida.
La forma más humana de ofrecer amor. 
Amar a otro de verdad. Entregarte, sin esperar nada. 

Amar es encontrar la verdadera libertad, respetándose a uno mismo y respetando lo que el otro es.
Es mirar con una mirada diferente.

Amamos no precisamente cuando encontramos a una persona que sea perfecta 
para atender a nuestras creencias y valores, sino cuando aprendemos a ver perfectamente 
los valores del otro y le comprendemos con todas sus imperfecciones.

El corazón se regala cuando amamos. 
Y, por el contrario, no se regala, aunque lo pareciera ilusoriamente, cuando sólo hay enamoramiento. 
No es lo mismo.

Estar enamorado no es siempre amar.
Ahora bien, amar a una pareja de verdad sí requiere de estar enamorado.
Antes del amor estuvo el enamoramiento. Pero el estar enamorado no significa todavía amar.
Empezamos a amar cuando entendemos lo bueno y malo del otro y, aún así, seguimos enamorados.
Esto es lo verdaderamente difícil en el amor de pareja.

Cuando amas a alguien de verdad comprendes y aprendes a vivir sus defectos, sus fallos. 
No los escondes. No te engañas pensando que es una princesa azul.
No los borras de tu retina. Vives con ellos. Ayudas a superar los que se necesite superar.
Apoyas. Sumas. Añades.
Al mismo tiempo, el otro conoce los tuyos y los acepta igual.

Amar no es encontrar tu "media naranja".
Amar es sumar las dos naranjas. 
Dar y recibir. Ofrecer y pedir.

Nos enamoramos cuando conocemos a alguien y nos sentimos atraídos por esa persona.
Sea por atracción física, o por su capacidad de comunicar, o por su oficio, o por su forma de ver la vida, 
o por sus hobbies, o por ...
Al enamorarnos compartimos. Al compartir conectamos.
Pero al compartir y conectar no siempre damos amor.

Enamorarnos es un sentimiento emocional que nos produce gran placer. 
Cambia la química de nuestro cuerpo.
Aumentan ciertas hormonas, como la dopamina intracraneal, la oxitocina, las endorfinas, ...
Nos hacen sentirnos bien. Vernos felices. Andar entre “nubes”. Vivir atontados. 
Ver el mundo de color rosa.
Quizás, suficientes razones para vivir enamorándonos.
¡Que bueno estar enamorado!
Pero este estado todavía no es amor.

Amar no es sólo un sentimiento. 
Amar requiere de balancear lo malo y lo bueno del otro, y de lo que para la relación esto supone.
Amar es entender lo que el otro es y a esto no poner condiciones sino respeto.
En las dos direcciones, ...claro está.

El amor, referido a la pareja, a diferencia del enamoramiento, no sólo es un sentimiento, 
es también una decisión consciente.
El amor aparece cuando se valoran de forma positiva las diferencias entre tú y el otro.
En el enamoramiento, sin embargo, todo lo de nuestra pareja nos parece perfecto. 
Y el otro nos parece la persona más maravillosa del mundo.

En el enamoramiento, con frecuencia se confunde la idea de perdón.
A veces lo que llamamos perdón no es más que un aplazamiento de un hecho que finalmente terminará saliendo.
Amar necesita del verdadero perdón. Porque perdonar es dar. 
Al amar no se ama lo que otro te da, sino lo que das.
Amar es comprender al otro desde dónde verdaderamente está y aún así querer compartir la vida con él o ella.

En el enamoramiento un enfado te traslada a la soledad y al miedo a la perdida.
En el amor el enfado es una revisión de uno mismo. 
En el amor el enfado no toca el miedo. Se enfoca en la mejora del presente.

Al amar a otro le admiramos.
Pero sentir una gran admiración por otra persona no es amar.
Al amar a otro le estamos agradecido.
Pero sentir agradecimiento por algo en otro no es amar.
Al amar necesitamos convivir, compartir, relacionarnos.
Pero compartir y decidir convivir con otro no significa amar.
Amar a otro es compartir sueños. Tener intereses comunes.
Pero por tener sueños o intereses comunes no estás necesariamente abierto al amor.

El amor, a diferencia del enamoramiento, está basado en la realidad.
Aunque sea una realidad inventada. Ficticia. Perceptiva. Interpretada.
El enamoramiento es una fase temprana de amor en la pareja en la que no se necesita de la realidad.
El enamoramiento es ciego. 
El amor no puede vivir con ceguera.

Puedes enamorarte de alguien que no te corresponde.
Pero no puedes amar a alguien que no te ama.
El amor, para ser verdadero amor, necesita de ser reciproco.

Un juego perceptivo erróneo nos hace pensar que  podemos estar amando a otro 
que no nos corresponde.
Pero no es amor de verdad. Es sólo enamoramiento.

Quizás te hayas “pillado” alguna vez en tu vida diciendo cosas como estas:

“Amo intensamente a Pepe, aunque él no muestre el más mínimo interés por mi”
“Voy a seguir amándole, sin importarme que ella no me haga caso”
“Si ella no me ama, ya no amaré a nadie más”
“Ya sé que nunca más estaré con él, pero le amaré siempre”
“Veo que es maravilloso, pero como veo pocas probabilidades de amor entre nosotros, 
buscaré a alguien que me pueda amar de verdad"

Al decir algo como esto, o parecido, sólo te estás auto-engañando. 
Es una trampa mental.
En todos esos casos se trata o de una falsa interpretación, o de una baja autoestima, 
o del temor de hacerte responsable de tus sentimientos, o del miedo de dar un paso más.

El amor requiere de tiempo. No necesariamente largo. Pero sí de que ciertas cosas pasen.
El enamoramiento no. 

El enamoramiento puede ser una adicción. 
El amor no.
En algunas personas, adictas al enamoramiento, el amor verdadero no llega nunca, 
porque al terminar el estado de enamoramiento, es decir cuando se acaba la magia de haber conocido
a alguien nuevo, empiezan a aparecer los defectos, el darse cuenta de las imperfecciones
de la otra persona, y es entonces cuando se sienten con la necesidad de tener que dejar la relación.
Y pasar así a un nuevo estado de enamoramiento.
En muchas ocasiones no es debido a que dejen de querer a la persona de la que estaban enamorados, 
sino porque su propia debilidad les paraliza. Les hace volver atrás. 
Necesitan empezar la búsqueda de un nuevo personaje con el que compartir y conectar.

Aún así todos sabemos que enamorarse es fantástico.
Pero enamorarse y seguir enamorados 
cuando llega el verdadero amor es una bendición.

Khalil Gibrán dijo:

“ dejaré de amarte el día que un pintor 
pinte sobre su lienzo el sonido de una lágrima"


¡Eso es amor!

Al ver la película   AMOR  del director Michael Haneke,  -altamente recomendable- ,
y quizás porque en estos días he cumplido más de medio siglo, 
pienso y suspiro que estaría muy bien, si al cumplir ochenta o cien años, 
puedo decir que viví con un

AMOR, 
...y muy 
ENAMORADO