A los seres humanos la
naturaleza de la vida,
(no sé cómo llamarlo), nos ha
regalado cuatro dones
que nos diferencian del resto del mundo vivo.
Estos cuatro dones, no sólo
nos separan del resto del mundo animal,
sino que nos permiten separar
lo real de lo ilusorio y alinear nuestra vida
con el sentido que queremos darle
a la misma.
Estos cuatro dones tienen algo
en común:
nos permiten ser animales con
C A P A C I D A
D
para
E L E G I R
A saber, estos cuatro dones corresponden a las cuatro conciencias humanas.
Son estas:
CONSCIENCIA DE UNO MISMO
Capacidad para examinar nuestras
propias acciones.
Y nuestros paradigmas.
Nos permite cambiar de
creencia.
Manejar y cambiar las
lentes a través de las que observamos el mundo,
la realidad presente o
imaginada.
Vivir en continuo estado de
cambio consciente.
Y lo mas importante nos da la
posibilidad de reflexionar sobre
nuestros propios
pensamientos,
…y así pode elegir modos de respuesta consciente
ante cualquier circunstancia externa.
A esto le llamamos actitud.
La consciencia de uno mismo
es el don, sólo humano,
que nos permite tener
pensamiento crítico
y también vivir con
sentido del humor, entre otras cosas…
Cuando somos conscientes de
esta capacidad,
adquirimos la posibilidad de re-programar nuestro
pensamiento,
de re-escribir un guión
ante algo,
…y también cambiar el modo de respuesta ante cualquier acción.
CONSCIENCIA MORAL
Este tipo de consciencia nos
conecta con los demás.
Nos permite vivir estados de
relación satisfactoria.
También elegir el cómo sentir
lo que, por consecuencia de acciones de otros,
nos afecta.
Nos conecta con la sabiduría
del corazón.
Resultado de esta capacidad humana es el amor. O el odio.
Nos ayuda como un sistema de
orientación interior en un mundo exterior.
Nos marca los “principios guía” de
cada uno
para que podamos alinear el sentir con el hacer.
Nos ayuda a las personas,
también a las organizaciones, civilizaciones,
empresas, familias, etc… a tener
una misión.
A vivir bajo un estado de valores compartidos.
A dejar un legado
para los que vendrán.
CONSCIENCIA INDEPENDIENTE
Es el estado consciente
voluntario.
La capacidad de elegir cuando
actuar y cuando parar.
Nos da la posibilidad de “nadar a contracorriente”.
De ir en contra, incluso de
algo que pensamos.
Nos permite “ser veletas”
cuando queremos serlo…
Cambiar de dirección
voluntariamente.
También nos ayuda a defender
nuestros principios.
A luchar por nuestra
idea.
A defender nuestra posición.
A mantener una opinión.
A decidir.
Nos hace comprender que somos
resultado de nuestras decisiones.
Cuando la consciencia
independiente está por los suelos,
decimos que tenemos la autoestima tocada.
Requiere de responsabilidad.
Se alimenta de ella.
Nos permite elegir nuestras
respuestas.
Cambiarlas por reacciones
inadecuadas.
CONSCIENCIA IMAGINATIVA
Nos regala la capacidad de
crear algo nuevo.
La imaginación que nos
conecta con el pasado, el que fue, para ser
recordado, y el que pudo
haber sido, para aprender de ello…
Nos conecta con el futuro,
proyectando lo que podrá ser, y con
el presente para que
comprendamos empáticamente las realidades que estamos viviendo en cada momento.
Nos capacita para crear más
allá de nuestra realidad actual.
Nos crea objetivos. Nos
permite soñar.
Para gestionar la
incertidumbre. El miedo a lo desconocido.
Para visualizar estados
futuros o deseos, en modo de fantasía
o empezar a producir creaciones posibles
reales.
Es la consciencia que maneja
el pensamiento creativo.
Nos ayuda en la obtención de
alternativas.
En el pensamiento híbrido, en
la capacidad de generar metáforas,
analogías mentales y verbalizarlas.
Cuatro consciencias que son la dádiva, el regalo, que la vida nos ha dado.
No podemos desaprovecharlo.
Es la habilidad que sólo nosotros, las personas, poseemos.
Nos hace H U M A N O S