Este no es un día cualquiera.

Ni estos segundos tampoco lo son.

Este ahora, no es un momento más en tu vida.

¡Es este!

El más importante para ti,

porque no se repetirá nunca más.

Nunca más vivirás un instante exactamente como este.

¡Es único!

 

El tiempo, en su pasar de forma continua, 

nos hace que transitemos instante a instante,

vivencia a vivencia, momento a momento.

Salimos de un espacio para entrar en otro, 

donde se suma lo de antes, 

…lo de siempre, con lo nuevo.

Un espacio temporal que está en continua transición, en cambio.

Haciendo su camino.

 

Por eso, cada momento, debería ser mágico,

porque te permite llegar a otro lugar, conscientemente.

Con plenitud.

En continuo crecimiento.

 

La magia de la vida consiste

en estar presente con cada risa,

con cada sentir, 

con cada palabra.

Con cada abrazo, con cada beso, con cada caricia.

Con cada respiración, …

Estando atento. Pleno.

 

…Y no vivir desde el miedo. Ni desde la culpa.

 

Momentos únicos, sólo nuestros,

que nos hacen sentir el mundo

sabiendo que somos dueños de lo que pensamos, 

de lo que sentimos, de lo que hacemos, de lo que soñamos, 

 

Momentos para viajar al alma. 

Momentos de armonía, de disposición al descubrimiento.

De auto-observación, de romper con juicios, 

de querernos para poder querer así a los otros.

De atención a los deseos, a los sueños.

Momentos de disfrute.

 

Momentos nuestros, 

evitando querer tener todo bajo control;
porque el todo, en realidad, empieza y termina en uno mismo.

Momentos de saber que,

aquellas personas que quieres, 

no podrán tenernos de una forma completa, 

si nosotros mismos no nos tenemos en modo total, 

auténtico, abierto, auto-amándonos.


Momentos que sean caricias para el alma.

Sabiendo que, para poder dar, hay que saber pedir. 

Y saber recibir.

 

Disfrutar el ahora,

como si fuera el último instante, no es fácil.

Y el hoy, como si fuera el último día, mucho menos.

 

El mundo entero es como un escenario.

Nosotros, meros actores;

cuyo éxito en la vida dependerá 

de como interpretemos los diferentes papeles que nos llegan.

Interpretando, no fingiendo.

 

Momentos para hacernos el mejor de los regalos, 

el mayor de los milagros,

el hecho de saber que tenemos en nuestras manos

la posibilidad de ver las cosas de otra manera, 

de renacer, de ser un tú + tú:

el de ayer, con lo de hoy.

Lo viejo, lo de siempre, con lo nuevo, con lo recién llegado.

Y preparados para el mañana.

 

Momentos para perdonarnos, …si lo necesitamos, 

para amararnos, y amar, sin prisa, 

con atención plena;

aprendiendo a soltar aquello que no es de nuestro interés,

que nos genera daño, que nos perjudica.

 

Momentos para agradecer. 

Para bendecir por lo que somos y tenemos. 

Momentos para honrar lo que en nuestra vida ya está.

Lo que está llegando. Y lo que llegará.

Momentos para vivir el viaje, el camino.

Disfrutar.

Probar.

Sentir.

 

Para convertir cada instante, en un MOMENTO único.